La secretaria de Política Social y Bienestar del PP, Ana Pastor, denunció ayer la regularización “masiva y encubierta” de inmigrantes que a su juicio pretende llevar a cabo el Gobierno.

Pastor criticó que el Gobierno pretenda dar papeles, “no trabajo”, a miles de inmigrantes y exigió “responsabilidad” al Ejecutivo para afrontar esta situación. La responsable del PP de la conferencia económica y social que este partido va a celebrar los días 13, 14 y 15 en Madrid, destacó que en el área social se centrará en el debate y el análisis de cinco grandes temas: educación, pensiones, dependencia, cooperación internacional y cultura.

Pastor, que criticó que el Gobierno al completo se haya “ido de puente”, llamó la atención sobre “su silencio” ante las últimas muertes de inmigrantes en Canarias, el nuevo “efecto llamada” que puede suponer la nueva regularización, o que el ministro del Interior se haga la “foto amable” en la dirección de Tráfico y evite pronunciarse sobre otros temas.

En cuanto a lo que el Partido Popular considera como un nuevo proceso de regularización, se trataría de la entrada de personas a nuestro país a través de los requisitos que cumplen los que ya están asentados para aspirar a los procesos de reagrupamiento familiar, lo que puede representar una cifra en orno al medio millón de individuos.

Ceuta ofrece una plaza

Por otra parte, la Ciudad Autónoma de Ceuta ha vuelto a ofrecer al Gobierno de la nación una plaza en la ciudad para descongestionar los centros del Archipiélago canario, después de que a finales del pasado mes llegaran tres menores senegaleses.

Según fuentes del Ejecutivo ceutí, la plaza se ha ofertado debido a que uno de los tres menores que llegaron a la ciudad ha cumplido la mayoría de edad y ha sido trasladado al centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), con el resto de los inmigrantes adultos.

Esta situación ha motivado que el área de Menores haya previsto acoger otro nuevo menor de Canarias, al haber quedado esa plaza vacante.

Ceuta recibió tres menores con edades que oscilaban entre los 15 y los 17 años y que llegaron a Canarias a bordo de cayucos. Los tres menores ingresaron en el centro Mediterráneo, donde también viven actualmente otros menores subsaharianos que han entrado irregularmente en el país.