vitoria.¿Qué opina de los problemas que, a pequeña escala, tienen los inmigrantes en los ayuntamientos con los padrones?

Hay que tener en cuenta que el año pasado tuvo que reempadronarse mucha gente porque este proceso también es muy volátil, y puede dar lugar a situaciones de duplicidad de empadronamiento. Personas que se empadronaron en un lugar y no se desempadronaron del anterior, que producen este tipo de situaciones. Hay un periodo de llegada, otro de adaptación y otro de reubicación. Son fenómenos que pueden estar al albur de políticas interesadas en crear determinadas impresiones en la ciudadanía, para dar, por ejemplo, imagen de mayor dureza. Ahora ha sucedido cuando el Gobierno central ha ido a África y ha advertido de que no va a dejar entrar a nadie.

¿Lo cree factible?

No, para nada. Es tratar de poner puertas al campo y sus intenciones se van a acabar licuando como los azucarillos en el agua. Puede ocurrir que se use la inmigración para determinados fines, pero es un fenómeno muy móvil y cambiante, así que los altibajos no van a acabar.

¿Cuál sería el porcentaje óptimo de inmigración para Euskadi?

Vete a saber. Y lo pienso sinceramente. Creo que aumentará, pero lo que, finalmente, vaya a suceder sólo lo puede decir la propia realidad. De la misma forma que, de repente, se dispara el flujo de la inmigración y se produce un pistoletazo de salida en algún lugar lejano, luego surge un movimiento contrario. Desde el otro lado del mundo, un familiar o un amigo informa por teléfono al que se está pensando dejar su país que mejor no lo haga, que las cosas se han puesto difíciles y el fenómeno se detiene. La inmigración se autorregula.

¿Qué dicen los analistas económicos en este sentido?

La lógica económica dice que se puede absorber mucha más gente. Además, estaríamos en una situación en la que, un sector como el de los servicios y otros ámbitos de actividad económica, pueden admitir mucha más gente. Yo creo que los porcentajes seguirán aumentando en Euskadi, aunque sólo sea para igualarse a los de otras comunidades autónomas. Además, hay que tener en cuenta que la agricultura también atrae a mucha gente, sobre todo a zonas como Álava o Navarra. Personas que podrían venir con sus papeles, como temporeros. Sería todo más razonable si quienes tienen capacidad para ello aplicasen medidas razonables.