Tumbas sin nombre

El Día, 09-12-2006

En los cementerios españoles hay enterrados al menos 328 africanos anónimos que fallecieron al intentar ganar las costas de Canarias y de la Península. Desde 1998, son 74 los cadáveres sin identificar en las Islas, según la Guardia Civil.

COLPISA, Madrid

“Inmigrante nº 10. D. E. P.”. Y nada más. Es la tumba en el cementerio de Tarifa (Cádiz) de uno de los centenares de africanos anónimos que en los últimos años han perdido la vida en el mar al intentar ganar las costas españolas. En este camposanto hay 25 lápidas sin nombre, las mismas que el famoso fotógrafo brasileño Sebastião Salgado inmortalizó con el Estrecho de Gibraltar al fondo en su conocida exposición “Éxodos”. Pero Salgado podía haber elegido otra decena de cementerios andaluces o canarios para mostrar a través de su objetivo el final del viaje de estos inmigrantes desconocidos: Rota, Algeciras, Barbate, Arona, Puerto del Rosario….

En los cementerios españoles hay enterrados, al menos, 328 inmigrantes sin identificar. Esta cifra es la estimación más fiable basada en los datos de la Guardia Civil, porque en realidad no hay ningún registro oficial que contabilice los “sin papeles” muertos. Ninguna administración se ha molestado en hacer una lista que recoja dónde están inhumados los cuerpos de los africanos que nunca nadie reclamó.

Sólo los funcionarios del programa de identificación de cadáveres FÉNIX de la Guardia Civil tienen algún dato fiable, aunque siempre posterior a 1998, cuando nació este organismo. Desde entonces, han pasado por los laboratorios de la Guardia Civil todos y cada uno de los inmigrantes muertos en las playas o rescatados del mar. Exactamente 150 cuerpos: 73 cadáveres recogidos en Cádiz, tres en Almería y 74 en Canarias.

Los expertos del instituto armado, especialistas en ADN, saben que ellos son la única oportunidad que esos cadáveres tienen de recobrar su identidad. Por eso empeñan incluso meses en la investigación de cada caso. Sin embargo, tienen poco éxito. De esos 150 cuerpos, sólo 22 han podido recuperar su nombre. Entre estos cadáveres “afortunados” no está ninguno de los encontrados en Canarias porque todos son originarios del África subsahariana, “donde seguir la pista es imposible”, explica un comandante de la Dirección General de la Guardia Civil.

Sin dinero

Los 22 únicos inmigrantes muertos en España que tienen nombre y apellidos procedían del naufragio de una patera en Rota que en octubre de 2003 costó la vida a 37 de sus 50 tripulantes. Después de tres años de trabajo, los guardias de FÉNIX lograron identificar la veintena de cuerpos gracias a que la mayoría de los ocupantes de la embarcación venían de la pequeña localidad marroquí de Hansala. Una fundación dependiente del gobierno de Rabat sufragó los gastos.

“Los quince restantes fueron enterrados en el cementerio de Los Barrios. Aunque el Gobierno central y la Junta de Andalucía anunciaron que costearían las inhumaciones, al día de hoy nadie se ha hecho cargo de aquellos gastos, que adelantó el Ayuntamiento de Rota”, explica Juan Antonio Delgado, un guardia civil de Barbate y dirigente de la AUGC, la mayor organización profesional del cuerpo. En 2000, otro acuerdo similar para pagar los entierros en Algeciras, en pleno auge de fallecidos en el Estrecho, quedó en papel mojado a los pocos meses.

“Todo está marcado por la improvisación: no existe un protocolo de actuación para estos casos, no hay un fondo específico para atender estos enterramientos; parece mentira que después de veinte años de llegadas y muertos en las playas nadie se haya molestado en crear una partida para inhumar esos cuerpos”, denuncia Delgado.

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