«Se están haciendo políticas "ad hoc" porque nos ha pillado de improviso»
Mikel Zurbano Coordinador del Informe Socioeconómico 2006 de Eustat
Deia, 09-12-2006Califican la inmigración como un fenómeno «incipiente pero de amplio recorrido»….
Coincide con la última década, cuando se produce un incremento notable desde unos estándares relativamente bajos; hace diez años, los inmigrantes no superaban el 1,5% de la población de la CAV y en estos momentos se acerca al 5%.
¿Qué características tiene?
A pesar de una reciente apertura de los diez nuevos países integrantes en la Unión Europea, el grueso de la población inmigrante en Euskadi proviene de Latinoamérica, entorno al 70% proviene de esos países. Probablemente, en un futuro la proporción de población de otros países, de la Europa del Este fundamentalmente, va a ser más significativo.
¿Seguirá creciendo el número de inmigrantes?
Hay comunidades como Madrid, Catalunya o Valencia, que tienen una proporción de inmigrantes de entorno al 15% y previsiblemente esto sea el horizonte. A pesar de la integración de la mujer en la población activa, el grueso del incremento de la tasa de actividad que necesitaremos en un futuro, sin duda, vendrá de la incorporación de mano de obra inmigrante para continuar la senda de crecimiento y bienestar social que conocemos. Hace falta que la base de la pirámide, la población activa, aumente y en eso en parte lo compensa el fenómeno migratorio.
Dos de cada tres viven en las capitales vascas. ¿Por qué?
Tiene que ver con los sistemas de acogida y con la capitalidad, que genera mejores accesos al mercado de trabajo donde se insertan estas personas, el ámbito de los cuidados y los servicios; la oferta es mayor en las capitales. También hay un efecto de acompañamiento de nuevos sectores de población que vienen donde existe ya población inmigrante.
¿Por qué ha sido más tardía la llegada de inmigrantes a la CAV respecto a otras zonas del Estado?
Coincide con los entornos más desarrollados en términos económicos y también con aglomeraciones urbanas mayores, con una oferta de empleo muy específica.
Existiendo ya esas experiencias, ¿hemos aprendido de ellas?
Creo que nos ha pillado un poco de improvisto, estamos improvisando. Hace apenas diez años teníamos un conocimiento mínimo de nuestra capacidad potencial de crecimiento del fenómeno migratorio, nadie estábamos preparábamos, ni teórica ni conceptualmente ni en la realidad, para lo que luego ha sido. Eso ha obligado en unos casos a realizar políticas “ad hoc” de acogida y de inserción, que están mejorando, pero a base de dar el callo.
¿No podían haber servido de experiencia?
En muchos casos, otras experiencias tampoco son extrapolables al caso vasco, porque son realidades muy distintas. En el caso de la CAV, el hecho cultural diferencial juega un papel, está el tema lingüístico… Nos ha cogido de sorpresa a todos los agentes sociales, económicos e institucionales en este país. Pero creo que con empeño y ganas de avanzar en esa integración social se pueden dar grandes pasos.
Con empeño y ganas pero, ¿se está haciendo bien?
Hacen falta más recursos, lógicamente, para generar redes de acogida más amplia. En la medida en que se generen más recursos para adaptarse a la nueva realidad el fenómeno puede ser más efectivo en términos de integración. Pero creo que todavía hay que avanzar y, sobre todo, incorporar más recursos a la red de servicios sociales.
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