Justícia Juvenil abrirá en 2008 la primera penitenciaría de Tarragona y una casa de acogida en BCN La situación de colapso que sufren los centros de menores catalanes tocará a su fin en poco más de un año. La solución aparecerá en 2008 y por partida doble. Una casa de acogida en Collserola y el primer centro de menores de Tarragona intentarán paliar una problemática que ha dado más de un quebradero de cabeza a la Generalitat y a su Departament de Justícia Juvenil.

El aumento de las medidas de internamiento y el actual déficit de plazas de los seis centros ya existentes en territorio catalán no ha dejado otra salida al Govern. Los agentes participantes en Justícia Juvenil han tenido que enfrentarse a una situación especialmente crítica, sobre todo por el gran desequilibrio territorial que presenta el mapa de centros de la comunidad.

La provincia que saldrá más beneficiada con la creación de estos dos nuevos centros será Tarragona, la única que no posee instalaciones de este tipo. El nuevo proyecto impulsado por el Departament de Justícia Juvenil se construirá en la zona residencial de Bellisens, a pocos kilómetros de la ciudad de Reus, y supondrá una inversión que oscila entre los 9 y 10 millones de euros.

A pesar del desembolso monetario, el Govern está satisfecho porque los plazos se están cumpliendo. La empresa pública de la Generalitat, Gisa, ha abierto un concurso público para conformar un equipo de proyecto que le ayude en la redacción del mismo. La colaboración, presupuestada en 1.398.140 euros, se basará en la asistencia técnica durante siete meses, en la redacción del proyecto básico y ejecutivo, el estudio de seguridad y salud, así como en el estudio de planteamiento urbanístico. Esta empresa también será la encargada de la dirección de obras del nuevo centro que, si las fechas no traicionan, comenzará a construirse en 2008.

La nueva penitenciaría juvenil dispondrá de 60 plazas, un equipamiento que ocupará unos 41.000 metros cuadrados y una superficie construida de unos 7.000. El centro acogerá a adolescentes de entre 14 y 18 años en internamiento provisional y cerrado, es decir, aquellos pendientes de juicio y los que, por el contrario, ya hayan recibido sentencia. Además, funcionará en régimen cerrado y semiabierto, favoreciendo así que los jóvenes cuya sentencia lo permita puedan acudir al colegio o visitar a sus familias.

La situación actual y la que vivirán hasta la creación del nuevo centro es, sin embargo, insostenible, tanto para los jóvenes como para los propios agentes que participan en la medida aplicada al menor. La distancia no ayuda a la justicia. Aquellos adolescentes más conflictivos procedentes de Tarragona y que son juzgados por la Fiscalía de Menores, son hoy internados en centros de Lleida, Girona o Barcelona, muy lejos de sus familias y su entorno social habitual. Este hecho puede convertirse en una barrera más para la formación del menor delictivo ya que, según el Director General del Departament de Justicía Juvenil, Josep Font, «complica que la reinserción del menor en la sociedad se realice de manera efectiva». Las consecuencias sociales a largo plazo de esta situación pueden desembocar en una problemática social sin precendentes.

A pesar de todo, las últimas cuotas sobre delincuencia cifran en 4.709 el total de los hechos delictivos, un 1% menos respecto a 2005. Teniendo en cuenta que hay más de 2.000 jóvenes bajo la tutela del Departament de Justícia Juvenil, sólo 239 permanecen en régimen de internamiento. Estos 215 chicos y 24 chicas están repartidos de la siguiente manera: 40 en el Segre (Lleida), 80 en Els Til·lers (Mollet del Vallès), 66 en L’Alzina (Palau – solità i Plegamans), 39 en Montilivi (Girona), 8 en Folch i Torres (Granollers) y 6 en el centro Oriol Badia (Guardiola de Font – rubí).

Proyecto en Collserola

Mientras espera la construcción del centro de Reus, la Generalitat pretende paliar la fuerte demanda de internamiento con una nueva casa de acogida en Collserola. «Nuestra intención es abrirla a finales del primer trimestre del año que viene para relajar la sobreocupación que actualmente presentan los centros», afirma Font. «Barcelona es la ciudad que tiene más demanda y por ello en muchas ocasiones nos vemos obligados a derivar a los chicos a otras instalaciones. Esperemos que el despliegue llevado a cabo por el Plan de Justicia Juvenil sea efectivo con la nueva casa de Collserola», concluye.

El equipamiento, denominado Mas Pins y hasta ahora sede de un centro de educación ambiental, se ubicará en una antigua masía que el Ayuntamiento de Barcelona ha cedido a la Dirección General de Atención a la Infancia y a la Adolescencia (DGAIA) de la Generalitat.El centro, que abrirá sus puertas en primavera del próximo año, estará destinado a albergar a 30 jóvenes tutelados por dicho organismo. Los ocupantes serán en su mayoría inmigrantes de origen magrebí procedentes de un centro de Torroella de Montgrí.

RADIOGRAFIA DEL MENOR DELICTIVO

Salud mental. Los problemas psicológicos aumentan a consecuencia de un entorno social conflictivo así como a causa del policonsumo de drogas.

Delitos. Son frecuentes entre los más jóvenes el vandalismo y el robo, sin embargo, se observa un ligero aumento de la violencia contra las personas (agresiones, coacción, etc.)

Género. Destaca la delincuencia en los varones a pesar de que las chicas delictivas suponen un 15% del total con un aumento de un 5% desde 2003.

Nivel adquisitivo. El porcentaje más alto lo forman jóvenes de clase media y familia estructurada que cometen delitos puntuales con una reincidencia muy baja.

Fenómeno ‘Bulling’. Más de la mitad de los institutos catalanes poseen un departamento de mediación para evitar el acoso escolar entre los menores.

lll INMIGRACION. La población inmigrante ocupa entre un 40% y un 50% de las plazas de los centros educativos del Departament de Justícia Juvenil. La actividad delictiva de este grupo ha progresado de un 10% a un 28% en sólo cinco años.