LA PRENSA GRÁFICA. San Salvador. EL SALVADOR
Sin visa para ver a hijo en coma
Emma de Osorio quiere visitar a su hijo que está en coma, pero la embajada le ha negado la visa cinco veces.
Prensa Latinoamericana, 06-12-2006La angustia se nota en el rostro de Emma Estrada de Osorio. Sus ojos muestran lágrimas a punto de salir al pensar en su hijo Rafael, de 37 años, quien se encuentra en estado de coma desde hace un año, y a quien no puede visitar porque la Embajada estadounidense le ha negado la visa en cinco ocasiones.
“La última vez el cónsul me dijo: ‘No, no la puedo ayudar porque no me ampara la ley’ ”, dice Emma, quien dice haber llevado la documentación médica que certifica la condición de su hijo. Rafael es residente legal permanente en Estados Unidos desde hace cinco años y por ello Emma considera que la Embajada de Estados Unidos podría darle un voto de confianza.
De acuerdo con Emma, el 8 de agosto de 2005 Rafael se encontraba reparando el vehículo de su esposa en la cochera de su casa en Nueva Jersey cuando, por una falla en la mica, este se le vino encima, y lo dejó inconsciente.
Desde esa fecha, Rafael se encuentra en estado de coma y sus padres, Emma y Armando, consideran que su presencia podría contribuir al mejoramiento de su hijo, además de sentir el alivio de poder verlo de nuevo.
“La esposa me dice que a lo mejor él podría recuperarse y agarrar fuerzas si nos siente cerca”, dice Emma, quien de agosto de 2005 hasta febrero de este año ha intentado en cinco ocasiones pedir la visa junto a su esposo sin que hayan tenido resultados satisfactorios.
“Les pedimos de favor a las autoridades de la embajada (de EUA) que nos den una visa humanitaria para ir a ver a nuestro hijo. Si piensan que uno se va a quedar, no es así, solo queremos verlo aunque sea un momento”, recalca Emma, quien vive en Cara Sucia, en Ahuachapán.
La última vez que Rafael visitó El Salvador fue en julio de 2005, un mes antes de su accidente; en esa ocasión le prometió a su madre que la visitaría más a menudo ya que había montado su propia empresa.
“Él me dijo: ‘Mami, con mi trabajo dependo de mí mismo y voy a tratar de visitarla más”, recuerda con tristeza Emma, quien aún guarda la esperanza de lograr la visa de Estados Unidos.
El connacional tiene 18 años de vivir en Estados Unidos y es el padre de dos hijos, de 14 y cuatro años de edad.
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