Redacción Machala

La situación de los inmigrantes indocumentados en el sur ecuatoriano y el norte peruano es motivo de preocupación para las autoridades eclesiásticas de ambos países.

En El Oro se ha incrementado, en los últimos dos años, las denuncias sobre abusos y explotación laboral contra los indocumentados peruanos. Un problema similar se observa en el caso de los ecuatorianos en el departamento peruano de Tumbes.

Según la oficina de Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, se estima que en el país existen más de 32 000 peruanos indocumentados.

“Atraídos por la dolarización, ingresan irregularmente a trabajar en la construcción y la agricultura”. En El Oro, ese trabajo ilegal se concentra en las plantaciones de banano y en el comercio informal en Machala.

El desconocimiento de la legislación ecuatoriana y la falta de apoyo hace que esos migrantes sean objetos de explotación y abuso laboral, manifestó monseñor Néstor Herrera, obispo de Machala y presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

El jueves anterior el obispo se reunió en Machala con prelados del norte peruano.

En la cita, se esbozaron las acciones que las autoridades eclesiásticas de ambos países ejecutarán para mejorar la situación de los migrantes ilegales.

El obispo Daniel Turley, presidente del departamento de Movilidad del Episcopado-Perú, indicó que en Machala se promoverá una asociación de migrantes que les permita fortalecerse.

Además, consideró que los extranjeros indocumentados deben visibilizar sus problemas.

Para ello, tanto en Piura como en El Oro, sus curias ofrecen apoyo a través de sus respectivas oficinas de atención al migrante.

Monseñor Herrera agregó que la Iglesia promoverá entre los medios de comunicación local un tratamiento equilibrado hacia los indocumentados.

Los prelados se volverán a reunir en octubre del próximo año, en Piura (Perú), para revisar los avances de las propuestas.