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Monseñor Valenzuela rechazó la "brasilerización" del Chaco
Prensa Latinoamericana, 06-12-2006Por Darío Bareiro Fariña
CAACUPÉ
En el país, especialmente en Alto Paraguay (Chaco), es preocupante la vigencia de actitudes vinculadas al “mbarete” (prepotencia) y al “ñembotavy” (hacerse del desentendido), que ponen en peligro la autoridad, la seguridad y la soberanía nacionales. Así lo afirmó ayer monseñor Edmundo Valenzuela, Obispo del Chaco, durante la octava jornada del novenario de la Virgen de Caacupé, celebrada en el Santuario Nacional de esta ciudad.
En su homilía, el religioso se refirió a tres modelos de ejercicio del poder: el autoritario, el permisivo y el orientador.
En cuanto a la situación del Alto Paraguay, dijo que allí hay “un tema espinoso”: el de la migración, especialmente brasileña. Al respecto afirmó que se deben garantizar el respeto y la seguridad que se merecen los inmigrantes. “Éstos serán bienvenidos porque desean trabajar y aportar algo para el desarrollo del país”, dijo.
Sin embargo, el obispo enfatizó que otra cosa es el creciente fenómeno de lo que llamó “brasilerización”, que –en su opinión– es una “lenta invasión económica y política”, que va acompañada de un “doloroso transplante cultural, pacífico o violento; una especie de Estado dentro de otro Estado, escapando al control estatal y violando toda ética de la inmigración”, apuntó.
AVANCE. Valenzuela añadió que estos inmigrantes “silenciosamente” van imponiendo su moneda, sus insumos, sus medios de comunicación y cultura, y hasta expulsan a los paraguayos, especialmente indígenas, de sus tierras ancestrales. “¿Las autoridades del Estado paraguayo consienten una política permisiva?”, se preguntó, recibiendo la aprobación de los fieles a través de aplausos.
El obispo pidió que estos migrantes cumplan con las leyes laborales, sociales y políticas, sin descartar las del medio ambiente. “Es importante una política nacional que ejecute patrióticamente la ley de inmigración para frenar ese tipo de brasilerización”, recalcó el religioso, trayendo a colación la situación de Puerto Casado (Chaco).
“Está la pretendida donación (en esta zona) de 30 mil hectáreas, como presión económica y política de parte de la secta Moon. Se perderán las tierras que legítimamente se les adjudicaron para el trabajo cooperativo y se aumentarán más violencia y humillación”, dijo monseñor Valenzuela.
Operativo Soberanía
El año pasado, en el Chaco, se cumplió el operativo denominado “Soberanía”, impulsado por la Secretaría del Ambiente, con apoyo de la Fiscalía y la Policía Nacional. El objetivo fue fiscalizar el cumplimiento de leyes ambientales, además de las normativas aduaneras y migratorias. Más del 90% de los intervenidos fueron brasileños.
En el Departamento del Alto Paraguay, los funcionarios realizaron el control de 36 estancias, de las cuales solo 7 contaban con licencia ambiental y una sola cumplía con la medida de mitigación. En este departamento se nota una gran incursión de brasileños como arrendatarios o propietarios de grandes extensiones de tierra. La principal actividad detectada fue la deforestación de estas fracciones para el cultivo de pasto para la ganadería.
La Seam decidió tomar medidas e iniciar las intervenciones luego de que la Gobernación del Alto Paraguay solicitara una pausa ecológica de seis meses para regularizar la situación de estas estancias.
Presencia brasileña en Paraguay
La población de brasileños residentes en Paraguay supera las 80.000 personas. De acuerdo a los datos recogidos durante el último censo del año 2002, la cifra exacta es de 81.500.
La población total de extranjeros suma más de 175.000. El Departamento de Alto Paraná es el que acusa la mayor presencia de brasileños en Paraguay, con casi 40.000 personas, mientras que Canindeyú registra 16.131 habitantes de ese país vecino.
En los últimos 10 años, el Chaco tuvo una fuerte incursión de colonos, que en su mayoría actualmente son propietarios de grandes extensiones de tierra. En el Departamento de Presidente Hayes están registrados 94, en Boquerón 308 y en Alto Paraguay 291, dedicados en un gran porcentaje a la explotación ganadera.
Una denuncia realizada por el anterior presidente del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), coronel Óscar Centurión, señalaba que los nativos estaban siendo desplazados de los escasos puestos laborales chaqueños por brasileños indocumentados, incluso en las colonias menonitas.
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