parís. La inmigración legal ha comenzado a descender en Francia después de años de continuo incremento y es resultado de la legislación cada vez más restrictiva aplicada en los últimos tiempos, según un estudio que ayer publicó el diario Le Figaro .

En 2005 el número de permisos de residencia otorgados a extranjeros fue de 186.918, con una reducción del 2,57% respecto al año precedente, que es la primera desde hace más de una década.

Entre 2000 y 2002 la concesión de permisos de residencia había aumentado un 21%, y entre este último año y 2004 la progresión fue más moderada, del 6%.

Fue en este segundo tramo cuando el Gobierno conservador, que entró en 2002, empezó a aplicar una normativa más estricta en materia de asilo y de inmigración.

Otro dato significativo es que en los once primeros meses de 2006 el volumen de solicitudes de permisos de residencia ha caído un 34% en la Oficina Francesa de Refugiados y Apátridas (Ofpra).

Asimismo, la gestión de Nicolas Sarkozy al frente del Ministerio del Interior se ha caracterizado por un endurecimiento de las condiciones para acceder a los permisos de residencia o para el reagrupamiento familiar. Una de las consecuencias es que el año pasado fueron devueltos a las fronteras 20.000 inmigrantes en situación irregular, frente a la mitad cinco años antes.

El estudio apunta que se ha producido también un bajón del 6,08% en la entrada de estudiantes extranjeros (46.305). >efe