Carla Fibla  | La visita que José Luis Rodríguez Zapatero inició anoche a Senegal tiene visos de no ser tan fructífera como desearía el Gobierno español, debido a la escasa predisposición del Ejecutivo senegalés a comprometerse en la repatriación de inmigrados ilegales. A tres meses de sus elecciones presidenciales y legislativas, el Gobierno de Senegal sólo está dispuesto a hablar de cooperación al desarrollo y no tiene intención de firmar ningún acuerdo de repatriación con España. El Gobierno español, por su parte, asegura que Senegal es un “país prioritario” en sus relaciones con el África subsahariana. Con la llegada masiva de cayucos el pasado marzo y con el constante goteo de piraguas – más de 500 inmigrantes han llegado desde el viernes a las Canarias – , la Administración española ha hecho esfuerzos para que, a través de la diplomacia, se alcance un acuerdo de repatriación que permita la devolución sistemática de los ciudadanos senegaleses llegados de forma ilegal.

La mitad de los 30.000 inmigrantes que alcanzaron Canarias clandestinamente son de origen senegalés, pero sólo 5.000 han sido repatriados a Dakar y Saint – Louis desde que comenzó la crisis de los cayucos. Senegal, primer país receptor de ayuda española para el desarrollo en África occidental, ha recibido este año 15 millones de euros no reembolsables (7,5 a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional y el resto vía instituciones internacionales), además de 20 millones en créditos FAD que ha de retornar.

En la visita que anoche comenzó Zapatero, acompañado por los ministros de Exteriores, Justicia y Trabajo, se firmará un memorándum de entendimiento sobre relaciones bilaterales en el que se expresará la voluntad de suscribir más adelante un acuerdo de repatriación, una declaración conjunta sobre la prórroga de otros seis meses del sistema de vigilancia de la UE Frontex y un acuerdo para la protección de los menores no acompañados. También un convenio para la lucha contra la delincuencia organizada.

La delegación española, bloqueada respecto a posibles acuerdos para otorgar visados que permitan la contratación en origen (dada la negativa senegalesa de firmar el acuerdo de repatriación), centrará la visita en dar aliento a los cooperantes españoles que trabajan en Senegal. Hoy habrá un encuentro con las principales ONG y un desplazamiento a la sede de la Cruz Roja y la Media Luna Roja en Dakar. Pero, antes, Zapatero entregará en el puerto dos patrulleras, cinco todoterrenos y material de telecomunicaciones para apoyar la lucha contra las mafias.

A pesar de que los proyectos migratorios están en boca de todos en la capital senegalesa, el viaje de Zapatero pasa prácticamente desapercibido. A menos de tres meses de las elecciones legislativas y presidenciales, previstas para el 25 de febrero, la población está muy descontenta con la gestión de la crisis migratoria del presidente Abdulaye Wade, y sólo se habla del “voto de castigo”.