Llegaron por sus propios medios, con nocturnidad y en silencio y, tras una larga travesía desde las costas africanas, se plantaron en el mismo muelle de San Sebastián de la Gomera en las islas Canarias. Ni la Guardia Civil ni Salvamento Marítimo ni ningún buque como el Esperanza del Mar detectó la llegada de un cayuco a las 6.00 horas de ayer con 151 inmigrantes irregulares a bordo.

Una vez llegado a tierra, fue el personal del propio muelle quien tuvo que dar la voz de alarma a efectivos de la Cruz Roja y al personal sanitario de la Comunidad Autónoma. Tan sólo uno de ellos tuvo que ser trasladado hasta el hospital, por erosiones diversas en la piel.

Pero no fue el único caso. Otros 48 inmigrantes llegaron ayer por sus propios medios al puerto tinerfeño de Los Cristianos ante la mirada de los turistas que se hallaban en el lugar, uno de los cuales avisó a los servicios de emergencias, informaron a Efe fuentes del 112.

Entre los inmigrantes se encuentran al parecer cuatro menores de edad y una mujer, y todos llegaron en buen estado de salud.

La embarcación no fue interceptada hasta que se encontraba navegando próxima al muelle.

Con respecto al fallecimiento de un inmigrante el pasado viernes en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Hoya Fría en Tenerife, la Delegación del Gobierno en Canarias apuntó ayer a una «muerte natural, provocada por una úlcera de estómago». Tal y como daba a conocer ayer EL MUNDO, el joven, de 20 años y originario de Gambia, comenzó a sentirse mal pasadas las 10 de la noche, y tras ser conducido a los servicios más cercanos, los de los propios agentes, «comenzó a vomitar sangre a borbotones».

Los funcionarios que le acompañaron vieron cómo el inmigrante, seguidamente, caía al suelo y moría al instante. Cuando llegaron los médicos al centro, sólo pudieron certificar su defunción. A la espera de los resultados de la autopsia del cadáver, la Delegación del Gobierno achacó la muerte a «causas naturales». El fallecido, identificado como B.S., llegó el pasado jueves a la isla de El Hierro, junto a 87 sin papeles más, a bordo de un cayuco.