«Los madrileños son un híbrido de ciudadanos de todas partes»

Los inmigrantes creen que la improvisación y el estilo son los rasgos que

La Razón, 04-12-2006

Madrid – Las personas configuran su visión del mundo desde el lugar en el
que viven. El «ecosistema» cultural determina la forma de ver las cosas.
Madrid no es una excepción. No obstante, es curioso adaptar una visión del
mundo ajena a un nuevo ambiente. En la región casi un millón de ciudadanos
son inmigrantes. Y cada uno tiene una visión y una versión distinta de
Madrid.
   Niklas es sueco. Lleva nueve años viviendo en la capital y
tiene una empresa de venta por internet. Los elementos más soprendentes
para él son la burocracia y la improvisación madrileñas. «Poseen una
capacidad innata de improvisación. La burocracia está peor organizada y
eso les obliga a tener muchos más recursos para solucionar problemas en el
último momento. Viven en un horario distinto al resto del mundo , pero les
da igual. No dormirte antes de las dos de la madrugada parece algo raro
aquí, cuando en Suecia sería noche cerrada», explica Niklas.
   Para la mayoría de ellos, el choque cultural es, cuando menos,
sorprendente. «Al llegar a Madrid te sorprenden cosas como que se estropee
el metro, haya que esperar cuarto de hora, y los viajeros se quedan tan
tranquilos leyendo. Los madrileños se acostumbran a vivir en una ciudad en
la que no todo funciona siempre. Simplemente funciona, más o menos»,
explica Florian, un universitario alemán que estudia en la capital.
   La moda juega un papel importante en la cultura y la vida diaria de los
habitantes de la región. «Los madrileños tienen una necesidad de mostrar
un estilo en todo. Se nota, sobre todo, en la moda. Vas en el metro y la
gente va muy bien vestida a todos lados. Muestran un estilo de vida
constantemente», prosigue Florian.
   Desconfianza de lo extraño
   Y aunque hay elementos sorprendentes, también hay aspectos negativos que
están mejorando. Hicham es de Casablanca. Este actor marroquí tuvo que
lidiar a su llegada con la desconfianza de lo extraño. «Yo no vine como
turista. Vine, y vine para siempre. No sabía castellano y llegué a una
ciudad enorme sin saber nada sobre esta cultura. La gente me miraba como a
un delincuente. Al entrar en el metro agarraban sus bolsos. Sin embargo,
en estos años la sociedad madrileña ha evolucionado mucho en tolerancia y
eso se nota en el trato».
   Sin embargo, las diferencias
desaparecen si se permite un tiempo para la convivencia. Nancy Martínez es
cubana. Trabaja echando las cartas en una televisión. «Parece que somos
parecidos por idioma y cultura, pero somos distintos. Por suerte, los
madrileños son un híbrido de todas partes. Llegan al punto medio a través
de los extremos. Son abiertos y cerrados; sociables y reservados;
progresistas y conservadores. Todo depende de la parcela que consigas
descubrir de ellos. Para mí son las personas perfectas con las que tomarme
una caña».
   

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