"La repatriación a Marruecos es carísima; hablamos de unos 6.000 euros"

Diario de noticias de Gipuzkoa, 03-12-2006

“La repatriación a Marruecos es carísima; hablamos de unos 6.000 euros”

El musulmán Ibiki Ohdar cerca de su residencia, en Beasain.Foto: j.n.


j. napal

beasain.¿Qué ocurre en Gipuzkoa cuando muere un musulmán?

La mayor parte de los que conozco tiene un seguro para su traslado a Marruecos. El problema es para los que no tienen trabajo o están en situación irregular porque se ven obligados a ser enterrados aquí y, en ocasiones, se ven muy desamparados.

¿Y qué pasa con un musulmán fallecido que no tiene quien lo reclame?

Siempre tendrá familiares en el país de origen, a donde se le intenta trasladar. Hace unos años hacíamos colectas en la mezquita para ayudar a los que habían muerto sin ningún medio. El traslado suponía unas 700.000 pesetas, ahora estamos hablando de 6.000 euros o incluso más, dependiendo de la zona de Marruecos. En los últimos años se ha encarecido todo un montón y para muchas familias es un verdadero problema.

¿Por qué no se construye un cementerio musulmán? ¿Las instituciones no les hacen caso?

No creo que sea eso. Ha habido contactos con ayuntamientos para construirlo, pero nos hace falta más unión entre nosotros y voluntad para trabajar. Quizá a partir de ahí podrían cambiar algo las cosas.

¿Para trabajar?

Sí, para llevar adelante nuestras reivindicaciones. Somos un colectivo que no está unido y eso se deja notar frecuentemente. Si hubiéramos aunado fuerzas ya se habría levantado el cementerio o se habrían logrado otros tantos objetivos.

En cualquier caso, en la medida que vayan llegando más compatriotas, el camposanto va a ser necesario.

Sin duda. Tengo tres hijos nacidos en el País Vasco. Euskadi se ha convertido en nuestro segundo pueblo y en el futuro es verdad que va ser necesario un cementerio propio. No es un tema que esté, de momento, sobre la mesa en este territorio pero con el tiempo veremos la manera de construirlo en Gipuzkoa. Habrá que hablar con la Diputación, los ayuntamientos o las instancias que sea necesario.

En otro orden de cosas, ¿cómo calificaría a la sociedad guipuzcoana? ¿Dispensa buena acogida al musulmán o, por el contrario, detecta recelos?

En los 36 años que llevo en Gipuzkoa nunca he tenido ningún problema, ni en Zumarraga, ni en Beasain, las dos localidades donde he vivido. Se habla con frecuencia de racismo, pero estoy convencido de que si vienes a trabajar y no haces nada malo jamás vas a padecer rechazo alguno de los vascos. Se oye por ahí que hay gente que no alquila pisos a inmigrantes . La habrá, pero la gente, en general, es muy amable. Ésa ha sido al menos mi experiencia.

Miembros de su colectivo confiesan su hartazgo por verse obligados a rezar en los pasillos de los aeropuertos, de los hospitales… ¿Hacen falta más salas de oración?

No se puede pretender que se construyan salas de oración en todos los lugares. Siempre, con buenos modales, se puede pedir una habitación o alguna salita donde orar. Si las cosas se hablan como es debido nunca hay problemas, no hay que forzar las situaciones. Por eso pienso que somos nosotros mismos los que despertamos, en ocasiones, ese sentimiento racista al no obrar como es debido. Hay que respetar a las personas, sin más.

Para usted es, quizá, sencillo hablar de ese modo porque lleva muchos años, pero el recién llegado pasa muchas dificultades que usted no conoció…

Estoy de acuerdo en que una persona sin papeles tiene dificultades, pero muchas veces he visto a ciertos jóvenes que tienen una salud de hierro y que están mendigando o robando como si no tuvieran otra alternativa. Eso también hay que decirlo. No se puede andar así por la vida. Al final, el que tiene ganas, puede encontrar otros modos de ganarse la vida sin necesidad de delinquir.

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