La ONG Prodein denuncia que Bienestar Social ha asumido la tutela del menor pese a la oposición de su madre, que no tiene ‘papeles’ La asociación Pro Derechos de la Infancia (Prodein) ha denunciado la decisión de la Consejería de Bienestar Social de Melilla de asumir la tutela de un menor «pese a la firme oposición de la madre, que sólo quería la guarda de su hijo mientras se regularizaba su situación».

La madre, Sakina Brahine, es una joven marroquí que llegó embarazada a Melilla con 17 años y que, una vez cumplida la mayoría de edad, tuvo que abandonar el centro de acogida con su hijo recién nacido. Bienestar Social asegura que se ha actuado conforme a la ley, siendo la madre «consciente en todo momento de lo que firmaba». Sakina teme ahora que, sin papeles y sin la tutela de su hijo, lo entreguen en adopción y la expulsen de Melilla.

Sakina no tiene ganas de hablar. Acaba de compartir la única hora al día que la Ciudad Autónoma le permite estar con su hijo de ocho meses. Desde hace dos semanas se encuentra en el centro de acogida de menores Gota de Leche, y cuando llegan las 18.00 horas Sakina se encoge de dolor y de rabia al separarse del niño.

El presidente de la asociación Prodein, José Palazón, afirma que Sakina se encuentra en un estado depresivo. Su vida se complicó cuando, después de haber entrado en Melilla y haber tenido a su hijo en esta ciudad, lejos de su Marruecos natal, la Consejería de Bienestar Social decidió que ella y su hijo abandonaran el centro de acogida una vez que la joven cumplió la mayoría de edad.

Para Palazón, éste fue el primer síntoma de una Administración «deficiente», puesto que Sakina «podía haber recibido perfectamente la documentación para ser regularizada, ya que reunía los requisitos». Por una parte, «es evidente que no puede reintegrarse con su familia en Marruecos porque vino maltratada y embarazada», explica Palazón.

La presión de Prodein y sus denuncias a la Fiscalía forzaron un compromiso verbal por parte de Bienestar Social, según el cual, la Ciudad Autónoma accedió a facilitar comida, pañales y tarjeta sanitaria a su bebé y un lugar donde vivir hasta que Sakina encontrara trabajo. Pero sin documentación «es muy difícil encontrar trabajo y un lugar donde vivir», explica Palazón. A partir de ese momento, Sakina comenzó un peregrinaje con su bebé para encontrar un lugar donde refugiarse. De un «cuartucho sin agua caliente y con los cables por fuera» en un barrio de la periferia pasaron al albergue de San Vicente de Paúl.

Allí tuvo un altercado con otra residente y la Consejería «se negó a continuar con lo acordado», según Palazón. La joven «regresó al cuartucho con su bebé y el pasado viernes les echaron a la calle por no pagar el alquiler».

La Consejería accedió a quedarse con el bebé y, según Palazón, dieron a Sakina un papel para firmar en el que la ciudad «asume la tutela del niño, no la guarda temporal, como era la voluntad de Sakina», denuncia Prodein. «Esta familia estaba en situación de riesgo, no de desamparo; y, por ello, en virtud del artículo 172 del Código Civil, Sakina tenía el derecho de entregar a su hijo a un centro asistencial para su guarda y acogimiento, sin perder la tutela hasta que se arreglara su situación».

Palazón añade que «no se puede quitar la tutela cuando la causa es la pobreza y, menos aún, cuando la Consejería la ha provocado porque debía de haber facilitado a la madre una formación y un empleo».

Prodein remitió esta semana un escrito a la Consejería expresando el rechazo de Sakina a que la Ciudad Autónoma asuma la tutela de su hijo. Esta asociación también pondrá el caso en manos de la Fiscalía para que se resuelva cuanto antes la situación de esta joven.

La consejera de Bienestar Social, María Antonia Garbín, asegura que a Sakina «se le informó muy bien» de lo que firmaba. Añade que podrá recuperar a su hijo en virtud de unos criterios técnicos y recuerda que es mayor de edad, por lo que la ciudad «no tiene nada que ver» con su situación particular.