Un tercio de los abortos es de inmigrantes
La mitad se encuentra en situación irregular - Más del 50 por ciento de
La Razón, 28-11-2006MADRID – En Europa del Este, donde hasta hace poco el aborto era utilizado
como método anticonceptivo, las mujeres pueden tener hasta 20
interrupciones voluntarias del embarazo. Cuando éstas vienen a España
siguen con los mismos «hábitos». Pero no son las únicas. Un 42,2 por
ciento de las inmigrantes que aborta en nuestro país ya ha pasado antes
por quirófano en más de una ocasión. El porcentaje duplica la tasa
española.
Así lo destaca un estudio presentado ayer por ACAI
(Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción Voluntaria del
Embarazo IVE) que refleja que, como media, el 30 por ciento de las féminas
que abortaron en España en 2005 son inmigrantes. La presidenta de la
asociación, Eva Rodríguez, explicó que «mientras que en Almería, Cataluña,
Madrid o Asturias suponen el 60 por ciento, en Galicia no llegan al siete».
De este grupo, un 56 por ciento ya se había sometido a, al menos, una
interrupción anterior; el 21 por ciento, a dos; alrededor del 13 por
ciento, a tres; y un 10 por ciento, a entre 5 y 10. Casi en la mitad de
los casos, las IVE previas se produjeron en el país de origen.
«No hay turismo abortivo»
Rodríguez
aseguró que en determinadas fechas – como en los meses de febrero a abril –
las cifras de inmigrantes que abortan en nuestro país se triplican. «En
Almería, por ejemplo, durante este periodo vienen muchísimas mujeres a la
recogida de la fresa», afirmó. Sin embargo, puntualizó que «no existe un
turismo abortivo», ya que «vienen a España a trabajar, no con el objetivo
de interrumpir su embarazo».
Tal y como explica la
planificación familiar no constituye una prioridad para estas féminas,
especialmente para las marroquíes. «En estas últimas nos llama la atención
que la decisión la toma más el marido», apunta. Pero, sin duda, la
situación de «irregularidad» es lo que más le echa para atrás a la hora de
acudir a los centros sanitarios.
El estudio revela que más del 50
por ciento de las inmigrantes que ha abortado era «sin papeles». Un 52 por
cien llevaba en España entre 1 y 3 años y un 21 por cien estaba desde hace
menos de doce meses.
En cuanto a países de origen, un 21 por ciento
son ecuatorianas; un 18 por ciento, de Rumanía: un 15 por ciento, de
Bolivia, un 11 por ciento de Marruecos; y un 5,7 por cien de Colombia. «La
mitad de todas ellas alegó haberse quedado embarazada porque no había
usado ningún método anticonceptivo, una tasa que entre las españolas se
reduce al 22 por ciento», apuntó Rodríguez.
En este
sentido, la presidenta de ACAI explicó que las mujeres procedentes de
América Latina mantienen falsos «mitos» y creen que cualquier método de
anticoncepción es perjudicial para la salud.
En la mitad
restante que sí utilizó «protección», un 18 por ciento afirmó que éste
había fallado y un 18 por cien que lo «utilizó mal». El más demandado es
el preservativo – 45 por ciento – , seguido de los métodos hormonales como la
píldora, la inyección, el parche o implante – 33 por ciento – . Un 17 por
ciento declaró recurrir a métodos naturales, «un porcentaje que entre las
españolas asciende al 37 por cien», puntualizó Rodríguez.
La presidenta de ACAI destacó también el desconocimiento de la píldora
poscoital por parte de un 80 por ciento de las inmigrantes, mientras un
100 por ciento de las españolas la conoce y un 70 por cien de las que han
abortado reconoce haberla usado alguna vez.
La situación económica
es la causa principal para abortar – un 44 por ciento – , seguida de la no
idoneidad del momento para tener un hijo – 12 por ciento – o porque no
quieren más hijos. Aunque un 80 por ciento señalaron que tenían recursos
propios, un 38 por ciento de ellas contaban con ingresos inferiores a 460
euros; y un 53, inferiores a 921 euros. El dinero es esgrimido por las
inmigrantes de todas las regiones, salvo las asiáticas, que alegan que no
quieren tener más hijos, aunque la responsable del ACAI puntualizó que
éstas tienen sus propios médicos y utilizan poco las clínicas.
Mas de la mitad tiene otros hijos
«Otra de las
diferencias con respecto a las mujeres españolas es que un 64 por cien de
las inmigrantes que aborta tiene otros hijos, mientras que en la población
general este porcentaje se reduce a un 47 por ciento», asegura Rodríguez.
La responsable de ACAI especificó que a muchas de estas madres no les
importaría tener más niños, pero prefieren traerse a sus hijos de sus
países de origen a tener otros en España. «Esta situación les causa
bastante conflicto interior porque quieren volver a ser mamás, pero no
pueden», dice.
De todos modos, según Rodríguez, cada vez «están
más mentalizadas». Los datos a nivel nacional de las que salen de la
clínica abortiva con un DIU puesto no existen . «Sólo tenemos el caso de
Sevilla, donde el 30 por ciento de las mujeres terminan con el método
anticonceptivo implantado y esto es ya muy significativo», recalca.
También destaca que es ya casi «anecdótico» que intenten interrumpir ellas
mismas el embarazo por métodos caseros. «No tenemos constancia de
episodios extraños», puntualiza.
Pero no siempre ha
existido esta normalidad. El pasado mes de marzo, este periódico se hacía
eco del incremento del consumo de Cytotec, un fármaco destinado para
tratar úlceras gastrointestinales empleado por decenas de jóvenes
inmigrantes para abortar.
Con las fuertes hemorragias que les
causaba el medicamento perdían el bebé. Aquellos que les hacían creer que
el método era «infalible» les mentían. En el 80 por ciento de los casos,
las chicas se desangraban durante varios días. También era muy frecuente
que lograsen matar al feto y que éste se quedara muerto en el útero, lo
que les provocaba graves infecciones.
Esta práctica, muy habitual en
Suramérica, se estaba reproduciendo a gran escala en España y los casos
comenzaron a ser «demasiados». A diferencia de Rodríguez, ginecólogos de
clínicas privadas abortivas aseguraron a este periódico que el Cytotec no
es la «única barbaridad» que ven en sus consultas. «Muchas vienen después
de haber tomado aspirina con perejil. Saben que aunque no tengan papeles
les vamos a atender porque no podemos dejar que se desangren», dice un
doctor.
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