Los inmigrantes quieren más ayudas y facilidades para poder traer a sus familiares
La petición de reagrupación implica un salario base de 540 euros y tener
La Razón, 27-11-2006Joan Planes
Barcelona – La pasada semana el Ayuntamiento de Barcelona avanzó que a
finales de año se habrán atendido desde principios de 2005 unas 10.000
peticiones de reagrupamiento familiar por parte de inmigrantes
empadronados en la ciudad. El concejal de Bienestar Social, Ricard Gomà,
detalló que las oficinas tramitaron 4.000 demandas en 2005 y 6.000 este
año. «Esta tendencia irá en aumento en los próximos años», anunció el
concejal.
No obstante, los obstáculos económicos parecen dificultar
en muchos casos la llegada de los hijos pequeños de la población
inmigrante a Cataluña. La mayoría de peticiones son de personas de origen
ecuatoriano. Para hacer uso del derecho de reagrupamiento familiar, se
tienen que cumplir las siguientes condiciones: acreditar unos ingresos
equivalentes al salario mínimo interprofesional – 540 euros más un por
ciento por cada hijo o persona que se quiera trasladar, tener una vivienda
(alquilada o en propiedad) con al menos una habitación para cada dos
personas, cotizar a Hacienda y no tener procesos penales.
Muchos de
los ecuatorianos afincados en Barcelona no cumplen todos los requisitos,
sobre todo los económicos y de vivienda. Lucía, una ecuatoriana de 35 años
y trabaja cuidando a Elisabeth, una anciana de 91 años que vive muy cerca
del Hospital Clínic de Barcelona. La joven tiene a su marido y a sus dos
hijos, José Manuel, de trece años, e Iván, de diez, viviendo aún en
Guayaquil. Lucía explica a LA RAZÓN que «de momento, para mí es imposible
traer a mis hijos a Barcelona, quizá nos deberían dar más facilidades, más
bien me veo dentro de pocos años regresando a Ecuador».
Sin vivienda
Lucía vive en casa de la mujer mayor,
por lo que ya no cumple el requisito indispensable de tener una vivienda
en propiedad. Existe otro problema. «Si estuvieran aquí no tendría dinero
para garantizarles la educación en un colegio ni para tantas otras
necesidades», dice. Pese a ello, la joven sobrepasa con creces el sueldo
mínimo interprofesional, casi duplica los 540 euros.
La
situación de la prima de Lucía es bastante diferente. Mayiya tiene 34 años
y está casada con Giovanni, de 37. Los dos trabajan en tareas de limpieza,
ella en viviendas particulares y él en una empresa. En este caso, si que
consiguieron reagrupar a su familia, consiguiendo que sus dos hijos,
Lenin, de catorce años, y Genesis, de diez, vinieran a vivir con ellos en
su casa de Can Vidalet, cerca de Granollers (Barcelona). No obstante, se
quejan de que «el proceso fue muy complicado y quizá con demasiados
trámites burocráticos, las autoridades deberían ponerlo más fácil de cara
a que las familias se pudieran juntar y vivir juntas», señalan.
Otra pareja ecuatoriana residente en Barcelona, formada por Glenda y «El
Chino», tiene a sus cuatro hijos en su país de origen, sin que de momento
puedan traerlos, por los motivos de carácter económico y de espacio.
Mientras ella también trabaja en el sector de la limpieza, él es empleado
en una fábrica de Granollers. Los niños viven con su abuela en Guayaquil.
La pareja ve muy difícil que se pueda juntar toda la familia, y lo achacan
«a una cierta falta de ayuda de la administración municipal».
Pese a que parte del coelctivo ecuatoriano se queja de las dificultades
para llevar a cabo la reagrupación familiar, Gomà insistió en que «una de
nuestras prioridades es apoyar a las familias recién llegadas a la ciudad,
por lo que tendrán una atención específica, con información sobre sus
derechos y deberes, la red de servicios públicos que tienen disponibles en
Barcelona y la aplicación de protocolos comunes mediante la red de
atención primaria y la implicación de colegios públicos y concertados».
La tendencia al aumento de las peticiones de reagrupamiento familiar por
parte de ecuatorianos anunciada por el Ayuntamiento viene corroborada por
diversos estudios. Un informe de la consultora ACNielsen asegura que pese
a que la mayoría de ellos llegan a España con la intención de quedarse
sólo cinco años, siete de cada diez deciden instalarse definitivamente en
nuestro país. Un factor que favorece cada vez más este extremo es que los
adolescentes echan raíces con rapidez en España, a través de nuevos amigos
y parejas. En Cataluña residen actualmente 66.000 ecuatorianos – después de
Marruecos es la zona con mayor concentración de ciudadanos de este país – ,
de los que se calcula que 16.000 están en situación regular.
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