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LAS PALMAS. La visita oficial de Sus Majestades los Reyes a Canarias terminó ayer en Las Palmas con un llamamiento «al concurso leal y coordinado de todas las Administraciones públicas» frente a los problemas que «con tanta intensidad» plantea la inmigración ilegal.

Don Juan Carlos manifestó su «especial preocupación» por este fenómeno «que nos afecta a todos» y que «requiere que actuemos juntos, con rigor y solidaridad, tanto en los países de acogida como en los de origen». El Rey se despidió de Canarias con una alusión directa al principal problema del archipiélago, la inmigración ilegal, cuestión que también abordó el miércoles en Tenerife, cuando comenzó la visita.

Con un almuerzo con representantes sociales y políticos de Gran Canaria, los Reyes concluyeron esta gira que les ha llevado a las siete islas del archipiélago siguiendo las huellas del viaje que realizó Alfonso XIII en 1906. «Han sido cinco días muy intensos, valiosos e inolvidables», afirmó Don Juan Carlos.

Progreso y Constitución

Igual que hizo en sus discursos anteriores, el Rey volvió a insistir ayer en «el progreso que, juntos como españoles, hemos sabido forjar en las últimas décadas, gracias al marco de estabilidad y convivencia en libertad que garantiza nuestra Constitución».

Recordó Don Juan Carlos que el viaje, que le ha permitido «pulsar la realidad actual de esta tierra», se inscribe «dentro del profundo compromiso de la Corona con Canarias, conforme a su firme vocación de servir a España y a todos los españoles».

La última jornada de los Reyes transcurrió en la localidad de Gáldar, donde les aguardaba una multitudinaria bienvenida y una visita al yacimiento guanche de la «Cueva Pintada». De regreso a Las Palmas, los Reyes pasearon por el corazón de la ciudad y asistieron, en privado, a una misa en la catedral, abarrotada de gente.