Integración musulmana
Diario Sur, 26-11-2006EL ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dio a conocer esta semana los positivos resultados de una encuesta realizada entre la población de creencia o tradición musulmana en España. Son datos que muestran la naturalidad y el ánimo tolerante con los que la comunidad musulmana, en sí misma diversa, afronta la convivencia con el resto de la ciudadanía. Lo que constituye un reflejo de la disposición igualmente abierta e integradora con la que la población de tradición cristiana vive el encuentro.
A diferencia de lo que ocurre en otros países occidentales, la comunidad musulmana en España es mayoritariamente de origen magrebí, ajena a las tensiones de chiítas y sunitas en Oriente Medio o a las interpretaciones fundamentalistas que han prendido en Asia central. A semejanza del cristianismo, la religión musulmana no se vive ni practica de forma homogénea, sino que en cada región tiene sus propios condicionantes históricos y culturales. No es de extrañar, así, los resultados de la encuesta entre un colectivo que en el caso de España es abrumadoramente marroquí, apreciándose su diferente actitud con otros seguidores de Mahoma paquistaníes o de Bangladesh instalados en ciudades catalanas.
Aunque los encuestados se manifiestan religiosos y practicantes en porcentaje que duplica al del resto de la población, su aprecio por las instituciones, de las que se benefician y valoran en algunos casos más que los demás ciudadanos, ayuda a afrontar la cuestión de la integración de los inmigrantes desde la normalidad cívica y la fortaleza de la Constitución. Los 1.500 musulmanes encuestados – una muestra que los propios autores de la encuesta consideran que puede quedar sesgada – , a la vez que se identifican con los valores que la Constitución hace comunes, confiesan en un 67% que en España musulmanes y cristianos no se esfuerzan lo suficiente para entenderse. De ahí que el entendimiento haya de conseguirse en espacios de la vida ordinaria como la escuela o el barrio. Y hacerlo sin artificiosidades para fomentar o para eliminar culturas diferentes.
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