El racismo patea Francia

ABC, 26-11-2006

JUAN PEDRO QUIÑONERO

CORRESPONSAL

PARÍS. Los campos de fútbol y la selección nacional se han transformado en el espejo atroz de una Francia racista, xenófoba, víctima de inquietantes enfermedades morales, que han causado una ola pavorosa de violencias, hasta culminar en el derramamiento de sangre. Antoine Granomort, policía negro, ha sido inculpado del delito de «asesinato sin deseo de darlo», por matar de un tiro, en defensa propia quizá, a Julián Quemener, miembro de la banda ultra racista «Boulogne Boys», cuando un grupo de vándalos le tiró al suelo, le pisoteó las gafas y amenazaba con lincharlo por intentar defender a un joven judío, hincha del Hapoël de Tel – Aviv, que había sido perseguido a gritos de «¡Muerte a los judíos!».

El fiscal de París se inclina por que el policía actuó en legítima defensa, pero ha abierto una investigación para aclarar lo sucedido.

Nicolas Sarkozy, ministro del Interior, que se reunió ayer con el presidente de la Federación Francesa de Fútbol, anunció normas muy severas para prohibir la venta de entradas de los campos de fútbol a los hinchas más violentos, racistas con mucha frecuencia.

Cientos de incidentes

La tragedia que siguió al 4 – 2 del Hapoël – Paris Saint – Germain (PSG) culmina un proceso inquietante. Durante el campeonato 2005 – 06 se produjeron 390 incidentes y 197 atentados con violencia física grave. En los últimos doce meses se han producido 160 incidentes más o menos preocupantes.

En el caso de los «Boulogne Boys», hinchas del PSG, se trata de un grupúsculo con relaciones conocidas con la extrema derecha violenta y que, como el pasado jueves, lanzaba gritos de «¡Le Pen presidente!».

Históricamente, fue Jean María Le Pen, presidente y líder del Frente Nacional (FN), quien estableció una relación política de fondo entre el fútbol, la extrema derecha y las tentaciones racistas, cuando declaró hace diez años: «Es totalmente artificial llamar Equipo de Francia y selección nacional a un conjunto donde la mayoría de los jugadores no saben cantar La Marsellesa, el himno nacional». Desde hace tiempo, la selección nacional de fútbol está integrada muy mayoritariamente por franceses negros.

En noviembre del 2001, un encuentro amistoso entre las selecciones de Francia y Argelia precipitó otra crisis grave. Los jóvenes franceses de origen argelino comenzaron por silbar y patear las gradas protestando contra La Marsellesa. Cuando el equipo argelino comenzó a perder, tomaron el campo a gritos: «¡Muerte al árbitro!».

Días antes de la última tragedia, el presidente socialista de la región Languedoc – Rosellón afirmó: «No es normal que en la selección nacional de fútbol haya nueve negros y dos blancos». Palabras que causaron consternación en la izquierda socialista.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)