ELECCIONES GENERALES EN LOS PAISES BAJOS Geert Wilders, líder del Partido de la Libertad, que ha pasado de cero a nueve escaños
El nuevo rostro del anti-islam
La Vanguardia, 24-11-2006B. NAVARRO – Amsterdam
Geert Wilders, con su nuevo Partido de la Libertad (PvV), ha pasado de cero a nueve escaños en dos años sin despeinarse. Con el líder izquierdista Jan Marijnissen, es el gran protagonista de las elecciones holandesas, pero nadie le ha felicitado. Sólo la extrema derecha flamenca le ha enviado flores. Su mayor temor es acabar atado de manos políticamente, como sus vecinos flamencos del Vlaams Belang, con un cordón sanitario que le impida participar en una coalición de gobierno. El resto de las fuerzas políticas holandesas ha optado por no mezclarse con este ex diputado del Partido Liberal VVD, que abandonó en el 2004 por sus diferencias sobre el ingreso de Turquía en la UE, al que se opone.
Wilders mantuvo su escaño como independiente y desde entonces no ha dejado pasar ni un micrófono ni una cámara contra el “tsunami de la islamización de Europa” y el cierre de fronteras a los inmigrantes. Su campaña contra la Constitución europea, rechazada por los holandeses, le dio un plus de popularidad. Aunque las amenazas de muerte recibidas desde el asesinato del cineasta Theo van Gogh en el 2004, le obligan a vivir bajo protección policial, algo inédito por estas latitudes, no han moderado su lenguaje. En plena crisis de las viñetas danesas, publicó las imágenes de Mahoma en su página web. Batió récords: 40 nuevas amenazas de muerte.
Aspira a lograr la popularidad de Pim Fortuyn ahora que se ha hecho con los ocho escaños que sus seguidores lograron hace tres años (y uno más) y que desaparecen del Parlamento holandés. El discurso de Wilders es mucho más plano que el del profesor de Rotterdam. Propone impedir la construcción de más mezquitas (hay unas 500), declaración que choca con la sacrosanta libertad religiosa que ha permitido a los Países Bajos existir como país. También la idea de prohibir la burka es iniciativa suya, aunque después la recogiese el Gobierno. No tiene el carisma de Fortuyn pero sí el tono estridente que cautiva a los holandeses. Reforzado por las urnas , Wilders, de 43 años, ex empleado de la Seguridad Social, se resiste a no sacar partido de su éxito y ha propuesto a democristianos y liberales un gobierno de coalición, una posibilidad que sólo él considera.
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