Rumanos y Búlgaros, gracias por venir
Diario de Navarra, 23-11-2006UN acto de confirmación de la alternativa ciudadana. Ésta es una bienvenida social, un acto de confirmación y alternativa ciudadana a los 800.000 hombres, mujeres y niños que en los últimos seis años hemos tenido la suerte de recibir en España. Cuidan niños, ancianos y enfermos, limpian casas, construyen edificios, crean empresas y repueblan pueblos. Sean bienvenidos. Van a su bola y funcionan de cine. Hacen amistades con vecinos españoles y compañeros de trabajo.
Amistades precavidas, pocas y lentas, pero sólidas, leales, estables y duraderas por lo general. Crean empresas como autónomos y/o se asocian con españoles y no dan que hablar. Poco a poco se van convirtiendo en uno más. Mientras España cierra groseramente las puertas a los rumanos hasta el 2009, se nos van a ir a Italia, que los espera encantada para sustituir a los musulmanes. España es el país del mundo donde más felices se encuentran. Unos a otros se lo cuentan, les gustan nuestros valores, nuestra forma de vivir, la alegría y la franqueza de la gente y estilo de vida. Discreta, pero respetuosamente, reencuentran aquí lo rumano, lo latino, lo cristiano que allí mezclaron con lo eslavo. Todavía no los conocemos bien, pero ellos a nosotros sí y la cosa irá cada vez a mejor. Muchos de sus valores les vienen de la romanización, un imperio romano que sufrieron y que les llevó al latín y al cristianismo ortodoxo. Hablan perfectamente el español con acento aragonés, valenciano o ribero y funcionan con una estructura antropológica familiar muy parecida a la nuestra.
Además de ser, como nosotros, herederos del Imperio Romano, también sufrieron durante 200 años y superaron la invasión y ocupación musulmana, fueron víctimas de los turcos del Imperio Otomano. También sufrieron a un tirano destructivo que derribaron. De los rumanos, de los eslavos, del cristianismo ortodoxo y del comunismo salvaron y reunieron unos valores parecidos a los nuestros.
Como entre los españoles, entre los rumanos se dan todo tipo de comportamientos. La inmensa mayoría, el 99%, por concretar una cifra, son honrados y trabajadores, y un mínimo incontrolable se comporta mal, como cualquier otro español. La Unión Europea mira con lupa y trata con excesivo rigor al Estado rumano. El tema de la corrupción lo irán superando, pero lo que inquieta a los Estados centroeuropeos son, sobre todo, los gitanos rumanos. Son dos millones de personas, aproximadamente un 10% de la población, parte de los cuales vive en condiciones infames. Rumania es el único Estado del mundo que durante cien años, hasta mitad del siglo XIX aproximadamente, legalizó la esclavitud de los gitanos.
Uno de los requisitos impuestos por la Unión Europea a Rumania era una mejora sistemática de las condiciones de vida y de los derechos de las minorías, es decir, de los gitanos rumanos y, en Bulgaria, de los gitanos y musulmanes búlgaros (12% de la población). La Unión Europea no ha hecho un reconocimiento de las familias gitanas, como un pueblo o una nación sin Estado ni territorio. Considera a las familias gitanas solamente como una minoría a integrar. Cada Estado debe hacerse cargo e integrar a sus gitanos evitando las discriminaciones y persecuciones, más o menos encubiertas, que empujarían a las familias a desplazarse a otros Estados europeos en que recibiesen mejor trato. Con la caída del muro de Berlín, del 89 al 91, se pasaron unos 80.000 a Alemania. El Estado alemán pactó y llevó a cabo con el Gobierno rumano una devolución en trenes pagando al Estado rumano unas 20.000 pesetas por gitano devuelto. A España llegaron varios miles que comenzaron vendiendo “La Farola”, mendigando y tocando el acordeón por las calles. Cada vez más, se van insertando en el mercado laboral español en la agricultura de recolección.
Las reticencias de la UE lo son también de España. En España tenemos, tras una convivencia de 600 años, los mejores gitanos, los más integrados (no asimilados) y que mejor viven en comparación con los ocho millones de gitanos europeos. Es probable que este número aumente y lleguen más gitanos rumanos con un cierto nivel de mixicidad, de mezcla con los rumanos no gitanos, lo cual puede ser positivo para el modelo ibérico de integración y mestizaje.
En una estrategia de inmigración de poblamiento, España ha ido definiendo unas tácticas no explícitas, no dichas, que dieron prioridad a unos 800.000 ecuatorianos, y 800.000 rumanos, cuya inserción laboral e integración social va viento en popa. El problema de los próximos años para EE UU y Europa va a ser el conseguir inmigrantes dispuestos a integrarse y en su día a asimilarse. España tiene dos grandes yacimientos: Iberoamérica y Europa del Este.
Más difícil lo tiene EE UU que, una vez que ha prohibido (sin decirlo) la llegada de inmigrantes musulmanes, construye un muro en la frontera de Méjico contra los latinoamericanos. Lo más probable es que Europa del Este se desarrolle tan rápidamente que empiece un conflicto entre Europa occidental y EE UU para atraer inmigrantes iberoamericanos, la última reserva humana y humanitaria con valores occidentales, ganas de trabajar e integrarse y abiertos a la asimilación y fusión. Los necesitamos.
Mario Gaviria es sociólogo y Premio Nacional de Medio Ambiente 2005
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