Holanda vota hoy de espaldas a la Unión Europea y a la polémica sobre el 'burka'
El Mundo, 22-11-2006MARIA RAMIREZ. Corresponsal
El abierto país de las tranquilas bicicletas – cada vez más cerrado a los inmigrantes y con ciclistas muy agresivos – ha conseguido evitar en la campaña para las elecciones de hoy los dos temas locales que más importan al mundo exterior. Ni la Unión Europea ni el burka figuran en el debate de dos partidos muy similares y que pueden acabar construyendo una gran coalición.
Al favorito, el actual primer ministro democristiano, Jan Peter Balkenende, no le bastarán los aliados liberales de Rita Verdonk, su dura ministra de Integración, para formar una coalición que consiga los 76 escaños necesarios para gobernar Holanda.
Tampoco su contrincante, el laborista Wouter Bos, y sus posibles aliados lograrán votos suficientes, según las encuestas. Una gran coalición bipartidista, como la alemana, podría ser la salida, si bien los ataques personales entre Balkenende y Bos complican esta solución. En cualquier caso, necesitarían una tercera fuerza para crear un Gobierno estable en un país donde la coalición democristiana ya ha caído dos veces en menos de cuatro años convulsos, con asesinatos políticos incluidos.
Pensiones e impuestos
En los primeros comicios tras el no a la Constitución Europea, hace año y medio, democristianos, laboristas y socialistas han preferido mencionar la Unión Europea lo menos posible. Se centran en las pensiones y los impuestos, e incluso callan sobre el veto del burka en los lugares públicos de todo el país planeado por el actual Gobierno.
«Hay acuerdo entre casi todos los partidos políticos en el Parlamento de que Holanda debe prohibir el burka. El único problema es que muchos juristas argumentan que es contrario a la Constitución o a los tratados internacionales», explica Philip van Praag, profesor de Políticas en la Universidad de Amsterdam. «Según la ministra Verdonk, ya ha encontrado la solución al problema jurídico, y, dado el acuerdo entre partidos, éste no es un tema real en la campaña».
Casi el único debate exterior ha sido el despliegue internacional del Ejército holandés. Según el diario De Volkskrant, sus agentes de Inteligencia torturaron a prisioneros iraquíes durante interrogatorios en 2003. Aunque el Ejecutivo, movido por la presión popular, retiró sus tropas el año pasado, la opinión pública holandesa es especialmente sensible a cualquier escándalo de sus militares, marcados por la inacción en 1995 ante la masacre de Srebrenica, en Bosnia.
El pasado febrero, el envío de soldados al sur de Afganistán estuvo a punto de provocar la caída del Gobierno.
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