Los Mossos desalojan «La Makabra», la mayor casa «okupa» de Barcelona

Los agentes identificaron a 108 personas, la mayoría extranjeras, y les obligaron a irse tras recoger sus enseres

La Razón, 21-11-2006

J. Planes

Barcelona – Todo comenzó a las 7:45 horas de la mañana en los alrededores
de «La Makabra», uno de los bastiones «okupa» de Barcelona, que supera los
5.000 metros cuadrados, y en los que hace años se ubicaba la frenética
actividad varias fábricas, hoy abandonadas. Unos cien agentes de los
Mossos dEsquadra llegaron al lugar, situado entre las calles Tánger y
Álava, en el barrio de Poblenou, para cumplir una orden dictada por el
Juzgado de Intstrucción número 2 de Barcelona. En ella, la juez daba
potestad a los Mossos a desalojar «La Makabra» cuando «lo considerásemos
oportuno y pudieran registrarse menos incidentes», explicaron ayer fuentes
de este Cuerpo.
Ese momento tuvo lugar ayer con la llegada del
dispositivo policial, a unas horas en las que los «okupas» estaban
durmiendo. «Pensábamos encontrarnos entre 60 y 70 personas en la casa,
pero al final fueron 108», continuaban dichas fuentes.
Entre
los que estaban dentro, los Mossos identificaron a africanos, marroquíes,
brasileños, rumanos, alemanes, argentinos, chilenos, sudamericanos,
italianos y franceses, entre un amplio abanico de nacionalidades.
Sin detenciones.
Todos ellos tenían algo en común:
seguían los talleres gratuitos que se realizaban en la «kasa» – danza,
capoeira, música y, sobre todo y gracias al gran espacio disponible,
actividades circenses con carpa y trapecios incluídos – , para lo que
llegaban visitantes de países lejanos. Había, también, una tienda, un
comedor, una biblioteca y una sala de conciertos. Las instalaciones
contaban con dos pistas de patinaje para «skaters» y una zona para
practicar juegos malabares. Los que no se decantaban por estas actividades
vivían en «La Makabra», que también hacía la función de albergue.
Los Mossos llegaron e identificaron a todas las personas que había en el
recinto, propiedad de una empresa constructora cuyos propietarios fueron
los que iniciaron los trámites judiciales para recuperar sus
instalaciones. Según explicaron los Mossos, todos las personas extranjeras
que se encontraron en la «kasa» eran legales y tenían los papeles en
regla. Nadie resultó detenido ni se registraron incidentes. A partir de
ahora, la Policía Autonómica trasladará estas indentidades nuevamente al
juez, que determinará si abre o no alguna investigación.
Después de que los Mossos identificasen a todas las personas, a cada
una de ellas se les dio un tiempo para que volvieran a entrar al recinto y
se llevasen sus enseres. Tras el ir y venir con mantas, equipos de sonido,
bongos, bolsas y perros, los «okupas» se apostaron en las inmediaciones de
«La Makabra» para protestar por el desalojo «de forma festiva y sin que se
registraran incidentes», subrayaron los Mossos. Y sobre las tres de la
tarde todo terminó.
Como era de esperar, la actuación policial
no fue nada bien recibida por el colectivo «desokupado», que denunció
haber tenido apenas «diez segundos» para recoger sus cosas, por lo que
pidió respeto porque «muchas personas han perdido hoy su casa». El abogado
de «La Makabra», Antoni Lucchetti, denunció la ausencia de un aviso previo
al desalojo «cuando la juez se había comprometido a advertirlo
verbalmente», aseguró.
En la misma línea se posicionó el
gerente de la Asociación de Profesionales de Circo de Cataluña, Ricard
Panadès, que se trasladó hasta «La Makabra» para señalar «el gran error» y
«equivocación» que supone el desalojo, según dijo en declaraciones a
Europa Press. A su juicio, el Ayuntamiento de Barcelona «ha tapado un
problema, agravando una situación», ya que de no ser por «La Makabra» «no
tendríamos muchos espacios para ensayar», y resaltó que «muchos
profesionales y compañías han sido formados por ella». Por su parte, la
profesora y fundadora de la Escuela de Circo Rogelio Rivel, Anne Morín,
decidió suspender ayer sus clases y acercarse a la «kasa» con sus alumnos
para expresar su solidaridad. Esta escuela y otra de Nou Barris son las
únicas que imparten lecciones de circo en la ciudad. «Aquí venían artistas
del Cirque du Soleil cuando actuaban en Barcelona», explicaba ayer
Claudia, una de las habituales de la casa.
Fue contraria la opinión
de varios vecinos. Uno de ellos explicó satisfecho que «el desalojo tenía
que llegar algún día». Francisco dijo que sus ocupantes «vivían fuera de
las normas» y «sin trabajar y del cuento», opinó. Ya por la tarde, una
grúa entró en el recinto y comenzó las tareas de demolición de la vieja
fábrica, que en otros tiempos acogió la firma Toldos Giralt.

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