Las elecciones sacan a la luz la crisis del modelo social holandés
ABC, 21-11-2006ENRIQUE SERBETO CORRESPONSAL
BRUSELAS. Las encuestas indican que el primer ministro holandés, el democristiano Jan Peter Balkenende, ganará las elecciones legislativas anticipadas de mañana, pero sus socios liberales perderán según los sondeos una parte de sus escaños, con lo que la formación de una nueva coalición aparece como una tarea difícil. Más complicada aún si se tiene en cuenta que los principales problemas que se planteaban antes del final anticipado de la legislatura el pasado verano, la inmigración y las consecuencias del «no» en el referéndum de la constitución europea, siguen donde estaban y no han aparecido en la campaña electoral síntomas de que ningún partido haya prometido remedios convincentes.
Si en las elecciones de 2002 la gran sorpresa fue el xenófobo radical Pim Fortuyn, asesinado pocos días antes de la votación por un perturbado, en las de este miércoles la revelación podría ser el Partido Socialista (PS), un grupo radical de origen maoísta, al que las encuestas señalan como el principal beneficiario del descontento de los electores frente a los socialdemócratas del Partido Laborista. El PS supera ya en intención de voto a los liberales.
Balkenende se ha beneficiado de un repunte de la economía en los últimos meses, que es al final lo único que funciona en Holanda. Ni la legendaria política de tolerancia, ni el multiculturalismo, ni la seguridad social, ni la educación como mecanismo de integración, ni la emigración, nada de lo que ha hecho de Holanda un país envidiado, es ahora algo de lo que los holandeses se sientan orgullosos.
Expulsiones sí o no
La coalición de gobierno se rompió a causa de la intransigencia en la aplicación de las nuevas decisiones administrativas por parte de la ministra de la Integración, Rita Verdonk, que llegó a desposeer de la nacionalidad holandesa hasta a una diputada de su propio grupo, la emblemática Hisrsy Alí. Según la ministra, 26.000 extranjeros debían ser expulsados del país, aunque al final las presiones revisaron casi la mitad de los expedientes. Los laboristas prometen que todos los concernidos podrán quedarse en Holanda.
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