El calvario de la cita previa
El Mundo, 21-11-2006Inmigrantes y empresarios esperan seis meses a que la Administración les dé hora para poder presentar sus papeles Ésta es la historia del administrador de una pequeña empresa de hostelería que quiere contratar a un inmigrante. El empresario – que no quiere desvelar su identidad – llama el 12 de septiembre para pedir cita y le dicen que hasta el día 2 de octubre no dan hora. Llegada esa fecha, se pasa toda la mañana llamando al teléfono, pero una locución automática le ruega siempre que lo intente más tarde.
Al día siguiente, vuelve a telefonear. Por fin, tras varios intentos logra hablar con un operador, pero éste le comunica que las citas sólo se daban el día 2 y que las próximas se facilitarán el 25 de octubre. Ese día comienza a llamar a primera hora y se repite la situación del día 2. Durante toda la mañana, una locución automática le pide que lo intente más tarde. El 26 de octubre, por fin, logra que le atiendan a la primera, pero le dicen que no dan citas y que llame el próximo lunes… Podría ser un chiste de Gila, pero no, es la cruda realidad a la que se enfrentan los empresarios que quieren regularizar la situación de los inmigrantes en España.
Los extranjeros llevan esperando de cuatro a seis meses, tan sólo para poder conseguir una cita con la Administración y presentar una solicitud de permiso inicial, renovación de autorización de trabajo, arraigo y reagrupación familiar. Es decir, todas las vías que prevé el Reglamento de Extranjería para que puedan conseguir los papeles y alcanzar la legalidad están prácticamente cerradas por el colapso del teléfono de cita previa (902111144) y de la página web del Ministerio de Administraciones Públicas. El atasco es especialmente grave en Madrid, pero se repite en provincias como Valencia o Gerona.
«La situación es sangrante. Las formas de inmigración regular recogidas en el Reglamento de Extranjería no están funcionando. Cualquier familia que quiere traer a una empleada doméstica desde su país de origen no puede hacerlo porque tarda más de nueve meses. Ha habido ancianos que se han muerto antes de que les resolvieran el expediente de su cuidadora», asegura Miguel de la Torre, vicepresidente de la Unión Hispano Rumana Dacia.
Los empresarios están desesperados porque el proceso para contratar a un trabajador extranjero se puede prolongar durante un año. Mónica Rizo es una colombiana de 22 años. Tiene una oferta de trabajo, pero no sabe si su empleador tendrá paciencia para seguir esperando, tras los dos meses que lleva para conseguir la cita previa sin lograrlo, más los otros seis que tarda en tramitarse la solicitud. «Esto es una tomadura de pelo. El número de citas es muy restringido y el teléfono sólo funciona los lunes y los miércoles. Tengo que pasar de un permiso de estudio a uno de trabajo, porque sin él no me contratan», se queja Mónica.
A los empresarios se les da además la opción de solicitar la cita a través de internet, pero también es misión imposible. La mayoría de los que entran, que deben tener un certificado digital, recibe el mismo mensaje en la web de Administraciones Públicas: «No hay citas disponibles en la provincia seleccionada». Desde este Ministerio admitieron la saturación existente ante la avalancha de peticiones, pero alegaron que durante el mes de octubre han atendido 27.883 llamadas. Además, anunciaron que si ahora hay 10 operadores, en diciembre se ampliará el personal hasta 40.
Desde la ONG Aesco denuncian la inquietud que reina entre los inmigrantes: «La gente está agobiada. Algunos están perdiendo sus ofertas de trabajo por estos retrasos. Si quieren inmigración legal, que pongan los medios. Al final, la gente está obligada a quedarse en la irregularidad», critica su presidenta, Yolanda Villavicencio.
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