La llamada más esperada

Al otro lado del Mediterráneo y del Atlántico, miles de familias dependen del dinero de los que emigraron. Los locutorios son a menudo el cauce por donde lo reciben

Diario Sur, 20-11-2006

I. LILLO/ MÁLAGA/

LA vida nómada llevó a Laura Méndez, uruguaya de 40 años, a pasar 11 inviernos en Italia, dos en Alemania y otro en Brasil, hasta que finalmente recaló en Málaga hace ya más de tres. «He pasado 20 años de mi vida viajando», sintetiza. Comenzó como empleada en el locutorio Neotel de la avenida de Bailén, aunque meses después se convirtió en su propietaria, junto con una socia. Dos mujeres «solteras y emprendedoras», afirma Méndez, al frente de una actividad que les aporta una posición privilegiada para seguir la evolución de este fenómeno.

Hace más de dos años que se dedica a este negocio, un periodo en el que, afirma, se ha duplicado el número de usuarios. «Hay mucho movimiento, el flujo es grande», indica, y cifra entre 300 y 400 euros el envío medio por persona. Una cantidad suficiente para que una familia viva durante un mes en sus países de origen.

Más de 100 personas pasan por su negocio cada día, aunque los fines de semana – y, sobre todo, los domingos – es cuando está más concurrido, y se llega a duplicar la clientela habitual. Aunque considera que hay paridad entre hombres y mujeres, reconoce que la mujer es más ahorradora. «Es más sacrificada y tiene más apego por la familia».

En la calle Bobadilla, en la carretera de Cádiz, Diana Rodríguez atiende a los usuarios de Locutorio Sin Fronteras, uno de los tres que posee la cadena. «Ha aumentado la cantidad de envíos y el montante», afirma sin rodeos la responsable, y desgrana las virtudes del servicio: «En menos de cinco minutos está hecho, es automático, todo se gestiona por Internet». Explica que la media es de 300 euros por remesa, y las principales nacionalidades que recurren a sus servicios son Colombia, Rumanía, Marruecos y Argentina. Aunque sus clientes son casi fijos, todos vecinos del barrio, tampoco pestañea cuando se le pregunta por las diferencias entre sexos. «De cada diez, nueve son mujeres. Tienen más en cuenta a la familia, a la mamá que está sola, a una hermana…»

En este punto cabe recordar las palabras de Fernando Silva, director de Banca Personal Internacional del Grupo Santander, que explicaba así el fuerte repunte de los envíos que se produjo el pasado mes de mayo: «Ese mes se celebra el Día de la Madre, que en Sudamérica tiene un significado especial. Y el 60% de las transacciones las realizan trabajadores de este continente».

Diana Rodríguez pone de relieve las promociones que Moneygram lleva a cabo, con sorteos de sueldos de 1.000 euros al mes durante todo 2007. «Son americanos, y los americanos saben de marketing», indica.

Crecimiento

En todos los establecimientos consultados, la impresión general es que se ha producido un importante crecimiento del negocio. Vasil, de Nigeria, regenta el locutorio Worldwide, en la calle Gómez Pallete, que opera con Western Union. «Abrió hace más de cinco años, por lo que somos de los más antiguos. Ahora hay más clientes, y por tanto más envíos y más comisiones. El negocio funciona bien, puedo comer», sonríe. Otros, como Amadoul, que regenta el locutorio Africatel, van más allá. «Hay muchos más inmigrantes. La clientela se ha duplicado en cuatro años», afirma.

Pese a la competencia de los bancos y cajas de ahorro, estos locales son un negocio en auge y, a la vista de los acontecimientos, parece que aún no ha tocado techo.

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