Los supervivientes no quieren ver Auschwitz como un parque temático

La Voz de Galicia, 19-11-2006

Auschwitz – Birkenau, sinónimo de Holocausto, convertido en parque temático. Es el temor de las voces críticas que llegan de Israel ante los planes de Piotr Cywinski, el nuevo director del campo de exterminio polaco, que nada más tomar las riendas el 1 de septiembre anunció su propósito de atraer a más jóvenes al memorial mediante una «modernización».


Desde entonces los supervivientes de la barbarie nazi advierten del peligro de querer hacer «más atractiva» la visita de la fábrica de la muerte, en la que perecieron más de un millón de personas.


Según informaba el diario israelí Haaretz en su edición electrónica esta semana, ese «lavado de cara» que el director, de 34 años, quiere darles al memorial y al museo podría «embellecer» demasiado Auschwitz, como ya ha ocurrido en otros campos de concentración. No quieren que pase como «en Dachau y Sachsenhausen, convertidos en parques bien cuidados», clamaron en un encuentro de supervivientes.


Aunque Cywinski todavía no ha entregado el proyecto con sus planes de renovación para el campo de exterminio que desde 1979 es patrimonio de la Unesco es consciente de que puede herir susceptibilidades y por eso llama a través de la página web de Auschwitz – Birkenau a un «diálogo constructivo y mesurado» con los expertos.


Exposición más atractiva


Cywinski anunció que quería reemplazar la exposición que todavía data de la época comunista en Polonia por una algo más atractiva que comprendiera mensajes contra el antisemitismo, el racismo y el genocidio. Durante una visita al memorial del Holocausto Yad Vashem en Jerusalén el mes pasado sugirió incluso incluir historias personales de los supervivientes, según informa Haaretz. Propuso finalmente inaugurar una sección sobre el antisemitismo en Europa antes del Holocausto.


Planes que vendrían a convertir Auschwitz en un Museo como el Judío de Berlín, opina la corriente conservacionista, lo que restaría «crudeza» a la realidad de un campo de exterminio en el que se están rehabilitando cinco de las siete cámaras de gas y dos de los crematorios, que volaron los alemanes después de la capitulación.


La fábrica de la muerte pide a gritos trabajos de conservación. Siempre y cuando no interfiera en la autenticidad de Auschwitz, dice el Centro de Organizaciones de Supervivientes del Holocausto, no es problema. «A lo que nos negamos es a que se embellezca el sitio. Hay campos como Bergen – Belsen que hoy día son bonitos, pero (durante el holocausto) nunca lo fueron».

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