«Trabajar por los demás es el mejor modo de trabajar por nosotros mismos»
ABC, 19-11-2006JESÚS BASTANTE
MADRID. La fe, la justicia y la caridad son indisociables de la vida del cristiano. Ésta fue una de las principales conclusiones de la segunda jornada del VIII congreso «Católicos y Vida Pública», que este fin de semana se está celebrando en la Universidad San Pablo – CEU de Madrid. A lo largo de todo el día, las ponencias y comunicaciones giraron en torno al amor al prójimo, en mitad de un mundo en el que, pese al laicismo reinante, todavía es posible encontrar experiencias desinteresadas de solidaridad y lucha por los derechos de los más desfavorecidos.
La ponencia marco de este sábado corrió a cargo del médico italiano Alberto Piubello, quien desde hace diez años dirige diversos proyectos de Cáritas en Camerún. Su experiencia, recibida con aplausos emocionados por los más de mil congresistas que ayer se dieron cita en Madrid, giró en torno a la idea de que «la pasión por el hombre, unida al conocimiento, es la que mueve los grandes proyectos a favor de la Humanidad». Para Piubello, «no se ama lo que no se conoce, y si no se ama, no se puede ayudar».
El responsable de Cáritas en Camerún denunció cómo la guerra y la violencia «se han convertido en el principal lastre para el desarrollo africano», unido a la tuberculosis, el sida o el paludismo, que «son armas invisibles de destrucción masiva que no interesan a nadie». Frente a ello, Piubello defendió el trabajo dedicado al tratamiento, y pidió no «pensar sólo en la prevención» o en polémicas sobre el uso o no del preservativo en África. «Sin la Iglesia, Camerún no tendría un sistema de salud», incidió.
La cuestión de la caridad fue el eje sobre el que giraron las mesas redondas posteriores. La más concurrida fue la presidida por la ex secretaria general de Asuntos Sociales Amalia Gómez, quien citando a Pablo VI destacó que «el nuevo nombre de la paz es el desarrollo».«Sin compasión por el ser humano no hay desarrollo», asumió el responsable de la Fundación Fundap, Jorge Arturo Gándara, quien denunció que «no es éticamente aceptable que haya pobres», al tiempo que reclamó a la sociedad un impulso para proteger a la familia y aportar «dignidad» a los más desfavorecidos. «El hombre, cualquier hombre, merece el más absoluto respeto».
«Padre Patera»
Por su parte, Carlos Cámara, de la Fundación O´Belén, denunció que «estamos generando una sociedad que no está fundamentada en el amor», por lo que incidió en la necesidad de «trabajar por los demás, porque es el mejor modo de trabajar por nosotros mismos».
Otro de los protagonistas de la jornada fue el franciscano Isidoro Macías, conocido como «padre Patera». En su intervención, el religioso recalcó que «sin la caridad, la fe está muerta», incidiendo en que «el testimonio del Evangelio debe ir acompañado de la práctica de la caridad». Macías expuso su experiencia personal de ayuda a los inmigrantes ilegales.
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