MADRID. - La delincuencia juvenil ha crecido en los 10 primeros meses del año en un 8%, según las medidas judiciales de internamiento adoptadas por los jueces y la Fiscalía de Menores. Entre enero y octubre de este año, se adoptaron 909 sentencias de internamiento frente a las 841 de 2005. El análisis que realizan los especialistas y la Policía Nacional es que los menores cometen cada vez más delitos violentos. El robo sigue siendo el delito más frecuente por el que ingresan en los centros de reforma, y el 57% de los internos son extranjeros.

El propio consejero de Justicia e Interior, Alfredo Prada, subraya que la delincuencia juvenil ha aumentado en Madrid, por lo que apunta que la «política preventiva» es muy importante y exige un incremento de los efectivos policiales en la calle, medida que, según destaca, «no es competencia» de la administración autonómica. La Ley Penal del Menor, vigente desde el 13 de enero de 2001, encomienda a las comunidades autónomas el cumplimiento de las medidas sancionadoras y educativas que fiscales y jueces imponen a los jóvenes delincuentes. Entre enero y octubre se envió a los centros de régimen cerrado o reformatorios a 436 menores, un 13,54% más que en 2005, con 384 decisiones. Este tipo de medidas son las que se corresponden con los delitos más graves y con una mayor duración.

Las medidas judiciales en régimen semiabierto también crecieron este periodo en un 7%. Se adoptaron 422 frente a las 394 de 2005. Asimismo, sólo siete menores fueron castigados con un internamiento en un centro de régimen abierto frente a los 14 de 2005. Los fallos judiciales en régimen abierto implican la intervención con menores en su medio natural y donde se haya generado la situación conflictiva, teniendo en cuenta las causas que la han motivado.

Sólo 17 menores fueron internados en centros terapéuticos por su adicción a la droga (18 el año pasado) y tres en centros terapéuticos de salud mental (dos en 2005). Además, a 24 chicos les fue impuesta como pena la permanencia durante un fin de semana en un centro de protección de menores.

El 9% de los menores internados es mujer y el resto, hombres. En cuanto a la edad de los menores cuando ingresaron en el centro, destaca el hecho de que el 35% tiene entre 17 y 18 años y el 22%, entre 16 y 17.

El motivo más común por el que han sido recluidos es el robo con violencia e intimidación (53,9%). Le siguen los robos con fuerza (13,7%), el maltrato o violencia doméstica (7,3%) y el delito de lesiones (7,1%). Las agresiones sexuales sólo suponen un 1,6% de los casos. Se ha internado a cuatro jóvenes por homicidio y a nueve por homicidio en grado de tentativa. La mayoría de los jóvenes que han cometido una infracción siguen siendo extranjeros. En 2006, los españoles representan el 43% de los internos frente al 41% del año pasado.

Del total de internados en este primer tercio del año, el 25% es latinoamericano; el 21% es magrebí; el 8%, de la Europa no comunitaria y el 1% de la Europa comunitaria.

En la actualidad, la Comunidad de Madrid cuenta con una red de 16 Centros de Ejecución de Medidas Judiciales con 472 plazas: 225 en régimen cerrado (195 ocupadas), 210 en régimen semiabierto (174 ocupadas), 14 en régimen abierto y 23 de internamiento terapéutico por abuso de sustancias (ocho ocupadas).

En enero del próximo año, la red de centros se verá incrementada con 88 nuevas plazas gracias a la finalización de nuevos módulos en el centro Teresa de Calcuta de Brea del Tajo. De igual manera, se ha incluido en el presupuesto de este organismo para 2007 la construcción de un nuevo centro en Aranjuez con capacidad para 200 menores. Esto significará que durante el segundo semestre de 2007, la red de centros de Reeducación y Reinserción de Menores Infractores de la Comunidad contará con un total de 288 nuevas plazas.

El fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix, ya destacó el esfuerzo realizado por la Comunidad de Madrid para facilitar la ejecución de las medidas de internamiento mediante la creación de nuevas plazas en los centros de reforma. En la actualidad existen 428 plazas.

Los menores que actualmente cumplen sus penas en alguno de los centros de la Comunidad presentan un perfil muy homogéneo: su nivel escolar es inferior al que les correspondería por edad, tienen un alto déficit de disciplina y hábitos de trabajo, así como un alto grado de fracaso escolar, y su cuadro familiar y social suele ser conflictivo.

Gracias a un convenio firmado entre las Consejerías de Justicia y Educación los jóvenes recluidos en estos reformatorios reciben clases de alfabetización, secundaria, bachillerato, formación profesional o español para inmigrantes. El proyecto cuenta con el apoyo de más de 30 profesores.