Los burdeles estudian personarse contra la red de prostitución del Raval

El Mundo, 18-11-2006

La Asociación Catalana de Empresas de Clubes de Alterne (ACECA) podría ejercer la acusación popular contra la red de proxenetas rumanos detenidos en la macrorredada del Raval.


Según la ACECA, entre sus objetivos figura «la lucha contra este tipo de delincuencia y el apoyo a los hombres y mujeres que ejercen la prostitución, sean o no víctimas de delito». Por ello, anunciaron que sus asesores jurídicos estudian la posibilidad de «comparecer como acusación popular contra los imputados en la causa judicial existente como así ha hecho en otros casos».


La entidad explicó que «se congratula doblemente, por el hecho de que todas aquellas personas que se hallaban sometidas a ejercer coactivamente la prostitución se vean amparadas desde este momento por las instituciones, así como por las consecuencias en materia de seguridad y descanso vecinal que dicha operación supone».


Por otra parte, la Plataforma Comunitaria Trabajo Sexual y Convivencia denunció ayer que las prostitutas detenidas en la redada del Raval están siendo tratadas como delincuentes por su situación irregular cuando en realidad son víctimas de las redes de proxenetas, y ha pedido que sean protegidas.


En rueda de prensa, Clarisa Velocci, portavoz de la Plataforma, pidió que «prevalezca la situación de las mujeres como víctimas de explotación frente a la situación de irregularidad administrativa y que se paralicen y revoquen las expulsiones», extremo que ya se está produciendo.


La vulnerabilidad de las mujeres que eran explotadas por la red de proxenetas también ha sido expuesta por la portavoz de SOS Racismo, Begoña Sánchez, que aseguró que estas mujeres son «doblemente víctimas, por un lado de la política de extranjería y por otro de la explotación laboral y sexual».


Gemma Sahún, representante del colectivo Ambit Dona, denunció por su parte la situación de hacinamiento que están viviendo las prostitutas arrestadas en el centro de extranjeros de La Verneda, donde, según dijo, están «25 mujeres en cada celda, con poca comida, apenas agua y sin colchones ni mantas».

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