Denunciado un vigilante de Atocha por pegar a un marroquí

La víctima sufre rotura del tabique nasal y fuertes dolores de cabeza

El País, 18-11-2006

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“Me empezó a llamar cabrón, hijo de puta, moro de mierda y me cago en tu puta madre. Me dio tres puñetazos y me tiró al suelo”. Con esa corta frase, recuerda Morad Arabi, un marroquí de 31 años, la agresión que sufrió el pasado martes en la estación de cercanías de Atocha.


La víctima, que ha denunciado los hechos, sufre rotura del tabique nasal, un fuerte hematoma facial y dolores de cabeza continuos. Renfe ha separado del servicio al vigilante de la empresa Eulen denunciado y ha abierto un expediente informativo interno, según una portavoz de la compañía ferroviaria.


La supuesta agresión se produjo el pasado martes a las 19.30 cuando Morad Arabi iba junto a su amigo Said a una oferta de trabajo en Vallecas. Estaba hablando en árabe con su colega, cuando se acercó el vigilante de seguridad, según consta en la denuncia. Entonces le preguntó qué miraba y si iba a pegarle. Arabi no le dio la mayor importancia y se marchó andando.


El empleado de seguridad le siguió y comenzó a insultarle. Entonces, Arabi se paró y le preguntó por qué le insultaba. “En ese momento, el vigilante con una actitud provocativa se enfundó unos guantes de cuero que tenía y sin mediar motivo alguno le pegó tres puñetazos al declarante en toda la cara, tirándole al suelo y haciéndole sangrar por la nariz abundantemente”, recoge la denuncia. Arabi añade que el vigilante era alto, corpulento y llevaba el pelo rapado. “Si no me llega a coger despistado, no me habría pegado tanto”, confiesa.


“Nadie nos ayudaba. Mi amigo cogió su teléfono y llamó a la policía, pero alguien nos dijo que teníamos la comisaría en la propia estación y fui a denunciar”, comenta Arabi


La víctima lleva siete años viviendo en España. Ha trabajado como limpiador del metro, pero ahora está en el paro. Da la coincidencia, además, de que su hermano es presidente de la Asociación Solidaria para la Integración Sociolaboral del Inmigrantes (Asisi) y miembro del Observatorio contra el Racismo de la Comunidad de Madrid. “Nunca había sufrido un brote racista como el del martes. Siempre hay alguna tontería, pero nunca con esta brutalidad y sin que uno se meta en ningún problema”, comentó Arabi.


La víctima llamó al Samur desde las dependencias policiales donde recibió las primeras curas. Después fue al servicio de urgencias del hospital Clínico donde fue tratado de la fractura del tabique nasal y una hemorragia en el rostro. Al día siguiente denunció la agresión en comisaría. Anoche tuvo que acudir a las urgencias de la clínica de la Concepción, ya que sufría fuertes dolores de cabeza motivados por la agresión. “Aún estoy pendiente de que me digan si me tienen que operar o puede que se cure por sí solo”.


La asociación Movimiento contra la Intolerancia se encarga de la defensa jurídica de la víctima. “Existe preocupación y alarma social por la reiteración de hechos de violencia que protagonizan algunos vigilantes de seguridad”, recuerda su presidente, Esteban Ibarra. Éste ha pedido la colaboración ciudadana, ya que a esa hora había mucha gente en la estación de Atocha, pero nadie ha querido, hasta el momento, presentarse como testigo en el caso. Los interesados pueden llamar al teléfono de la asociación (91 530 71 99).


“Entendemos que la gente pueda tener miedo por este tipo de agresiones, pero denunciarlas es la única forma de acabar con la impunidad de algunos vigilantes de seguridad. Precisamente, esos que se supone que deben de defender los derechos de las personas”, añade Ibarra.


Éste enlaza este caso con la agresión sufrida por una inmigrante angoleña hace 15 días en las cocheras que tiene Renfe en la estación de Móstoles – El Soto, cuando un vigilante de seguridad la pegó un tiro en una pierna con su arma reglamentaria. Supuestamente, se produjo una pelea entre los dos porque la víctima quería dormir en un vagón. La mujer fue ingresada en estado grave en el hospital de Móstoles.


Una portavoz de Renfe explicó anoche que el vigilante de seguridad ha sido apartado del servicio y se ha abierto un expediente informativo interno para esclarecer lo sucedido en la estación de Atocha.

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