Recelo a inmigrantes

La Vanguardia, 17-11-2006

KARLA RIVAS Barcelona
Es una pena que la mayoría de los catalanes no terminen de aceptar que Barcelona se está convirtiendo en una ciudad cosmopolita que aloja a miles de inmigrantes. No es agradable que los ciudadanos llamen a Barcelona un lugar de extraños y que, en vez de agradecer el intercambio cultural y mostrar amabilidad hacia el extranjero, muestren cierto recelo por que habite en su ciudad. Tampoco es agradable ser extranjero cuando entras a una tienda y te observan como si fueras un bicho porque tienes distinto color de piel o rasgos distintos a los convencionales.

Estoy estudiando una especialización en Barcelona y algunos compañeros que también son de América me han expresado su descontento ante el carácter discriminativo que algunos catalanes mantienen desde el momento en que te acercas. Aclaro, no son todos, pero para que el vox populi lo maneje tiene que ser por algo. Esta carta no va dirigida a ninguna institución, sino al ciudadano catalán: el mensaje es claro y va a viajar por el mundo si esto no cambia. Será que en Barcelona, la ciudad bella, en la que el transporte es tan bueno y los edificios tan clásicos, lo único malo es la gente.

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