UNA redada de más de un centenar de personas en el barrio del Raval barcelonés ha desarticulado una banda de proxenetas rumanos que se lucraba de la prostitución de varias decenas de jóvenes, algunas de ellas menores, a las que mantenían en situación irregular y de semiesclavitud. En el operativo de la Policía Nacional y la Guardia Urbana han sido desmantelados también una veintena de pisos que acogían estas prácticas.

Las investigaciones se iniciaron prácticamente cuando se puso en marcha la ordenanza del civismo en Barcelona. La primera parte del operativo corrió a cargo de los agentes de la Guardia Urbana, que reunieron información a través de la identificación de las jóvenes que, en la calle, atraían a clientes a los pisos. Al mismo tiempo, la investigación de la unidad contra las redes de inmigración ilegal de la Policía Nacional requirió la coordinación internacional con la policía rumana. Estas redes se basan en la extorsión en sus países de origen a las familias de las jóvenes obligadas a prostituirse.

Este golpe al proxenetismo y a la prostitución callejera confirma la necesidad no sólo de que haya leyes apropiadas, sino también la voluntad de hacerlas cumplir.