IÑAKI GONZÁLEZ. PAMPLONA.

«Un ecuatoriano no es tan diferente a nosotros como para que Pamplona no encaje en lo que es su forma de vida», afirmó ayer el arquitecto Ramón Garitano, que participó en el mesa redonda junto a la directora del departamento de Trabajo Social de la UPNA, Camino Oslé, y a Miguel Laparra, profesor de Sociología en esta misma universidad. El coloquio, que llevaba por título «El diseño de la ciudad ante la nueva diversidad social y cultural», se desarrolló ante una treintena de personas en la sala de Conde de Rodezno y fue moderado por el sociólogo Jesús Oliva.

Miguel Laparra se mostró satisfecho con el «rápido proceso de mestizaje» que se está produciendo en Pamplona y puso como ejemplo el crecimiento experimentado en los matrimonios mixtos. «No me parece que se estén creando guetos, aunque el precio de la vivienda sí ha hecho que estén más presentes en algunos barrios», señaló Laparra, quien apostó por construir espacios públicos de mestizaje.

Garitano, miembro redactor del actual Plan Municipal de Pamplona, explicó que, desde su punto de vista, no hay razones para pensar que la llegada masiva de inmigrantes pueda influir en el desarrollo urbano de la ciudad. «La ciudad que se diseñó en el plan no se hizo para las personas nacidas en Pamplona, sino para sus habitantes», insistió Garitano.

Camino Olsé destacó, por su parte, los beneficios que la inmigración ha tenido para la sociedad pamplonesa y añadió que la ciudad no «cruje» por su llegada. En cambio, sí puso de manifiesto la necesidad de que la Administración adopte decisiones «importantes» en cuanto a la distribución de los alumnos inmigrantes en la red escolar o el refuerzo de determinadas áreas de salud en las que ha crecido la demanda.