Golpe a la prostitución

LA POLICÍA PEINA A FONDO EL RAVAL Y DETIENE A 110 PERSONAS VINCULADAS AL COMERCIO SEXUAL

La Vanguardia, 16-11-2006

ENRIQUE FIGUEREDOBARCELONA

El principal líder de la banda de proxenetas cae también en una operación de gran escala
El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Urbana de Barcelona realizaron ayer una de las redadas más grandes que se recuerdan en Ciutat Vella. El despliegue policial era la respuesta a casi un año de investigaciones para combatir las redes rumanas de prostitución ilegal, cuyos principales miembros habían logrado diluirse en decenas de pisos y locales del Raval desde donde dirigían sus operaciones de explotación de las prostitutas y donde las hacinaban en régimen de semiesclavitud.

A última hora de ayer el número de detenidos era de 110 personas, lo que supuso un problema de capacidad para las instalaciones policiales destinadas al confinamiento de los detenidos. La mayoría de ellos, entre los que se encuentra el considerado principal cabecilla de la organización y gran cantidad de mujeres, fueron llevados a las antiguas instalaciones de extranjería de la Verneda.

La operación continuaba ayer por la tarde todavía abierta y se estaban efectuando las últimas comprobaciones en diferentes puntos del barrio, cuya vida cotidiana se vio alterada por la enorme presencia policial.

Sobre las 6.00 horas de ayer se extendió la red policial sobre el barrio. Los vehículos patrulla y los furgones coparon las estrechas callejuelas del Raval. Equipos coordinados del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Urbana se repartieron la lista de 24 pisos y locales que debían ser registrados con los correspondientes mandamientos judiciales. En alguna de las viviendas, se localizó a muchas más personas de las que se preveía. Fuentes cercanas a la investigación hablaron ayer de “más de 15 personas en viviendas de no más de 25 metros cuadrados”.

Los arrestos se llevaron a cabo, en líneas generales, sin demasiadas complicaciones, más allá de algunas resistencias a la hora de que los moradores se avinieran a abrir las puertas de los pisos de forma voluntaria.

Los avances de la investigación denominada operación Constancia se han desarrollado a diferentes niveles. Uno de ellos fue a escala internacional. Interpol España ha trabajado activamente en coordinación con la central de la policía rumana en Bucarest. De hecho, agentes rumanos se encontraban ayer en Barcelona para colaborar en algunas identificaciones. Intercambios similares de información se han hecho durante estos meses también con diferentes viajes de policías españoles a Rumanía. La importancia de tales contactos recae en el hecho de que parte de la extorsión a que se somete a las mujeres obligadas a prostituirse se consigue porque la organización tiene bajo control a sus familiares en Rumanía y las amenazan con hacerles daño.

El otro nivel de la investigación se desarrolló en las calles del propio barrio. Una buena parte del peso de la recopilación de información sobre el terreno la recogieron agentes de paisano y de uniforme de la Guardia Urbana, que elaboraron abultados dosieres que después los agentes de la unidad contra las redes de inmigración ilegal y falsificación del Cuerpo Nacional de Policía (Ucrif) analizaban y establecían con los contactos internacionales pertinentes para la identifiación de los sospechosos. Todos estos procesos se aceleraron espectacularmente en los últimos dos meses, antes incluso de que los vecinos de la zona, especialmente los de la ronda Sant Antoni, iniciaran su campaña de protestas en contra de la presencia de prostitutas en la calle.

La mayor parte de las mujeres sometidas a explotación sexual por la organización criminal buscaban su clientela por diversas zonas del Raval, como la calle Robador o Sant Ramon. Sin embargo, una pequeña parte también se había detectado en la zona del Camp Nou.

La banda criminal dotó a su organización de una gran movilidad, explicaron fuentes cercanas a la investigación. Así, había miembros dedicados a la custodia de las mujeres en los puntos de confinamiento. Había también los que las vigilaban desde coches mientras ellas practicaban los servicios en la calle y se aseguraban de que no se quedaran con dinero. Pero también los había que se dedicaban a transportarlas en turismo o pequeñas furgonetas a diferentes puntos de la ciudad.

La banda se especializó en Rumanía en la captación de mujeres muy jóvenes que venían unas veces completamente engañadas, siguiendo una falsa oferta de trabajo, o con la idea de ejercer de camareras o prostitutas en locales de alterne pero nunca en la creencia de que acabarían férreamente sometidas a la disciplina criminal de la organización.

El desarrollo de la operación provocó pequeñas fricciones policiales cuando agentes de los Mossos d´Esquadra acudieron por orden de sus superiores a los lugares donde se estaban practicando las detenciones y entradas y registros. Agentes de la policía autonómica situaban un coche patrulla cerca del edificio del piso intervenido y se colocaban a los lados de la puerta principal del bloque sin ninguna otra intervención.

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