Más de 300 inmigrantes han recibido ayuda para iniciar su vida en Donostia
el ayuntamiento ofrece intérpretes de doce idiomas , apoyo psicológico y jurídico. Los servicios sociales han mediado en conflictos entre la población autóctona y rumana en distintos barrios
Diario de noticias de Gipuzkoa, 16-11-2006donostia. El aprendizaje de un idioma desconocido, la búsqueda de empleo y vivienda, el acceso a la sanidad y a la educación o las diferencias culturales son algunas de las dificultades a las que tienen que hacer frente los extranjeros que se trasladan a Donostia. Y no sólo ellos: los donostiarras, de un tiempo a esta parte, se han encontrado con una realidad multicultural y multirracial que a una parte de la población autóctona le cuesta asumir y entender.
Un programa municipal de Mediación para la Convivencia Intercultural ayuda a los inmigrantes a adaptarse a la ciudad y trata de reducir el choque psicológico y social que implica empezar una nueva vida en un país desconocido. Esta iniciativa, al mismo tiempo, promueve entre la población autóctona el respeto a las personas extranjeras y la convivencia plural.
Más de 300 inmigrantes se han beneficiado ya de este programa de asistencia que el Ayuntamiento donostiarra puso en marcha hace dos años y que ahora ha vuelto a contratar por un periodo de dos años y con un presupuesto de 75.000 euros. La concejala de Bienestar Social, Susana García Chueca, explicó ayer que los ciudadanos que han participado en esta experiencia han solicitado, especialmente, servicios de traducción e interpretación lingüística.
“En la actualidad, el Consistorio puede prestar este servicio en una docena de idiomas”, precisó la edil. En concreto, una de las comunidades que más dificultades encuentra para expresarse en castellano es la población rumana gitana que se caracteriza por pernoctar en las calles y por su escaso contacto con el resto de los ciudadanos. El programa de Convivencia Intercultural ha atendido a 45 de estos ciudadanos.
El modo de vida de estos inmigrantes provoca, además, un especial rechazo por parte de la población autóctona, por lo que la Administración ha tenido que mediar en diversos conflictos surgidos en algunas zonas de la ciudad. “Se han intensificado los recorridos por los barrios, se ha aumentado el contacto con asociaciones y la observación en locutorios y puntos de ocio”, además de organizar encuentros entre vecinos extranjeros y donostiarras. Esto ha permitido, según el departamento de Bienestar Social, que, “en los últimos dos años, se haya dado una progresión en el ámbito sanitario, educativo y asociativo”. Además, se han atendido casos en diversos colegios y barrios en los que se ha establecido una relación con estas comunidades de rumanos.
En muchas ocasiones, las solicitudes de ayuda no han llegado directamente de los inmigrantes, sino que han sido requeridas por la Guardia Municipal, la concejalía de la Mujer, Fomento de San Sebastián o asociaciones como Cruz Roja, Cáritas, los hospitales, SOS Deiak o los encargados de clases de educación para adultos. Los inmigrantes requieren también ayuda para tramitar documentos para acceder a recursos comunitarios, buscar vivienda, recibir orientación laboral, solicitar plazas escolares, obtener la tarjeta sanitaria o recibir asesoramiento jurídico.
García Chueca agregó que algunos extranjeros necesitan respaldo psicológico y emocional debido a los problemas derivados de la inmigración. Así, el departamento de Bienestar Social ha atendido a personas que sufrían estrés por haber abandonado sus países y a sus familias, por fracasos en la búsqueda de empleo o por una prolongada situación de irregularidad jurídica. Además, a lo largo de estos dos años de trabajo se ha prestado ayuda psicológica a parejas en trámites de separación y también a mujeres que han sido víctimas de malos tratos.
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