EL DRAMA DE LA INMIGRACION / Exiliados a la fuerza

El Frente Polisario acusa a Rabat de presionar a los saharauis para que emigren a España

El Mundo, 10-11-2006

ANA DEL BARRIO

Denuncia que prometen suavizarles las torturas a cambio de que se vayan en patera a Canarias Afirma que las autoridades marroquíes son cómplices de las mafias y les dan facilidades para salir «Evacuate. Vete a España. Aquí ya no tienes donde estar». Mohamed Salem – nombre ficticio – recuerda perfectamente aquel interrogatorio de la Policía marroquí hace seis meses. Tenía una bolsa de plástico en la cabeza que apenas le dejaba respirar cuando recibió la invitación para emigrar a España. Fue detenido y torturado en represalia por manifestarse en la calle a favor de la independencia del pueblo saharaui.


No ha sido la única vez. Mohamed relata que la Policía marroquí le ha incitado en varias ocasiones a irse a Canarias: «Te ven en la calle y te dicen: ¿pero todavía sigues aquí?», explica por teléfono a EL MUNDO desde el Sáhara Occidental.


Según denuncia el Frente Polisario, las fuerzas de seguridad marroquíes han ideado una nueva táctica para quitarse de en medio a los jóvenes más combativos: coaccionarles para que emigren a España. De hecho, las últimas pateras que han arribado a las islas Canarias durante los meses de septiembre y octubre no estaban ocupadas por subsaharianos, sino por jóvenes saharauis que, en ocasiones, portaban banderas de la República Arabe Saharaui Democrática.


El delegado del Frente Polisario en España, Brahim Galli, afirma que la Policía marroquí amenaza a los saharauis durante los interrogatorios y ofrece suavizarles las torturas a cambio de que abandonen el territorio.


«Hay una red de la Policía marroquí que trabaja para enviar a los jóvenes saharauis a las Islas Canarias. Es un plan del Gobierno marroquí contra los jóvenes en los territorios ocupados», asegura Alí Salem Tamek, líder de los jóvenes saharauis del Frente Polisario en Marruecos.


Este movimiento, que lleva 30 años luchando a favor de la liberación del Sáhara, afirma que las fuerzas de seguridad y las autoridades marroquíes están compinchadas con los traficantes de seres humanos. Así, los candidatos a emigrar reciben instrucciones precisas de cuál es la zona sin vigilancia que, casualmente, suele ser la que está detrás de la casa del gobernador.


«Las mafias elaboran una lista de nombres y el pachá del Aaiún (segundo de a bordo del gobernador) elige quién debe salir o no. Después, los traficantes se ponen en contacto con el afectado y le cobran el dinero para ayudarle a partir. La costa está muy vigilada y hay un control policial en cada kilómetro. Por eso, casi todas salen de la misma zona», explica Mohamed Salem.


Los activistas saharauis también denuncian la impunidad de los traficantes de seres humanos que se pasean tranquilamente por las calles: «El Sáhara es pequeño y todos nos conocemos. Los patrones de las pateras son muy populares y viven libremente», prosigue Salem.


Y no oculta su descontento hacia el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero: «¿Por qué el Gobierno español no interviene? España está colaborando con Marruecos en este crimen. ¿Por qué no detiene a los patrones de la patera y les interroga? España cierra los ojos y sigue dando dinero a Marruecos», denuncia.


La campaña del reino alauí comenzó en 2003 y, al principio, consistía en animar y sensibilizar poco a poco a la población para que emigrase a España. Sin embargo, a partir de mayo de 2005, cuando comenzó la Intifada saharaui y se desató una ola de manifestaciones proindependentistas, las fuerzas de seguridad marroquíes empezaron a utilizar tácticas más agresivas para presionar a los habitantes, según explica Brahim Galli. «Están intentando vaciar el territorio de sus jóvenes, que son activos y dinámicos. Pero la población saharaui ha roto con el miedo y sale a la calle», censura.


El padre de uno de los jóvenes que intentó emigrar a España también relata su calvario: «Mi hijo desapareció en una patera el 25 de diciembre de 2005. Pero esta embarcación ni naufragó ni llegó a España. Llevaban fotos y material para denunciar la situación del pueblo saharaui y fue interceptada por la Policía marroquí, que no dudó en disparar. Hubo dos muertos y un herido y ahora estoy convencido de que mi hijo está en una de las cárceles de Marruecos», relata con amargura.


Tras estos episodios subyace el recrudecimiento de la represión marroquí sobre los saharauis. «El Aaiún se ha convertido en una ciudad sitiada. Estamos acorralados y nadie escucha nuestra voz», se lamenta Salem.

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