Tres obreros heridos graves en un derrumbe en la M-30

El desprendimiento de un forjado para hormigón en el que trabajaban atrapa

La Razón, 09-11-2006

Madrid – Tres nuevos heridos graves han pasado a engrosar las estadísticas
de siniestros en la construcción de las obras de la M – 30. Ayer poco antes
de las diez de la mañana, mientras se trabajabanlevantando un forjado de
algo más de un metro de altura en la base de un túnel cerca del puente de
Segovia, algo falló, y toda la estructura se derrumbó, dejando atrapados a
cinco hombres.
   El supervisor Jesús Cabello y el peón ecuatoriano
Dalton Valarezo, pudieron salir con celeridad de su improvisada cárcel de
acero. Otros tres tuvieron menos suerte y hubieron de ser ayudados por sus
compañeros. «Cuando llegamos ya los habían sacado de bajo los hierros»,
reconocieron fuentes del Samur, que agradecieron la colaboración. El más
grave de los heridos es Rahid Loukia, un oficial de segunda marroquí de 39
años de edad se encontraba ayer en estado crítico. A causa del súbito
aplastamiento, Rahid entró en parada cardiorrespiratoria. El esfuerzo de
los efectivos del Samur desplazados al lugar permitió sacarle de tal
estado siendo trasladado raudamente al hospital Clínico. Sigue muy grave,
aunque los médicos tenían a última hora de ayer esperanzas de que
sobreviviera al lance. Por su parte Nino Mendieta, ecuatoriano de 29 años,
sufrió rotura de pelvis, tibia y peroné, y su compañero y paisano Hector
González Serrano se libró con contusiones múltiples. En un principio se
pensaba que podía presentar algún tipo de lesión medular, pero
afortunadamente, se descartó tras un examen exhaustivo.Unas quince
personas más trabajaban en aquel momento sobre el forjado, una estructura
compuesta por barras de acero de 32 milímetros de diámetro y que, una vez
terminada por completo, se recubrirá de hormigón para pasar a ser el
grueso suelo sobre el que circulen los coches.
   656 accidentes, al
menos
   No es, ni mucho menos, el primer accidente que tiene lugar en
las obras. De hecho el Ayuntamiento ha reconocido recientemente siete
accidentes graves y 644 leves, y ya ha habido cinco muertos relacionados
de un modo u otro con las labores de soterramiento de la circunvalación
madrileña.
   El director general de Infraestructuras del
Ayuntamiento, Manuel Arnáiz, hizo ayer hincapié en que lo importante no es
el número, sino los porcentajes. Sus estimaciones dicen que la media de
accidentes en la M – 30 al año por cada mil trabajadores (incluyendo los
graves y los leves que den lugar a baja) es la mitad que la registrada en
el resto de España y enotras obras de la región de Madrid. En concreto
sería ligeramente inferior a los 90 accidentes por cada mil trabajadores,
mientras que en en el resto de Madrid se ronda el doble (un 17 por ciento
en 2003). El único problema de esta estadística es que en las obras de la
futura M – 30 trabajan 7.000 operarios, y una aplicación estricta del
porcentaje arrojaría unos 630 heridos con baja sólo en los últimos doce
meses. Y el inicio de las obras data no de un año atrás, sino de dos
(Septiembre de 2004). En cuanto a los muertos, la dirección de
Infraestructuras indica que uno de los cinco falleció a causa de «un
ataque cardíaco mientras descansaba», con lo que su inclusión como
«accidente laboral» sería cuando menos dudosa. Otro de ellos fue un
operario que, siempre según la versión oficial, rompió su protocolo de
actuación y fue atropellado, al cruzar la vía por un lugar no autorizado.
   Turnos extenuantes
   En todo caso, como es habitual, la
versión de los sindicatos es bastante distintas. CC OO afirma que sólo los
accidentes leves ascienden a 800, y desde UGT se puntualiza variosa
aspectos importantes. Para Domingo Martínez, representante de MCAUGT, e
implicado en la supervisión de riesgos laborales, no es de recibo que «se
considere herido leve, por ejemplo, a una persona que ha perdido dos
dedos», ni que las obras «carezcan muchas veces del adecuado número de
empleados que supervisen la seguridad». «Quizá aquí hubiese un
supervisor», afirma sobre el terreno del siniestro, «pero es que hacen
falta más para un tajo de un kilómetro». El tramo de obra está adjudicado
a Ferrovial, aunque subcontratado a las empresas Moanca y Tegocentro.
   Sin embargo, la queja principal es que se trabaja demasiado: turnos
eternos y «a todo trapo» para tratar de terminar las obras «a tiempo para
las elecciones». «Lo legal», explica, «es que sean de ocho horas, y dentro
de túnel, de seis y media. Pero aquí no es raro hacer doce, y hasta
dieciseis». El ayuntamiento lo niega: «sería ilegal». Algunos obreros
interrogados, sin embargo, lo confirman. Manuel es electricista y ha
trabajado hormigonando; afirma los contratos son a tiempo parcial y que
los turnos a menudo superan las doce horas. Según el, el pago de la hora
extra es de siete euros entre semana, ocho los sábados y algo más los
domingos. Cerca de allí, apurando unos chatos de vino, un obrero afirma
que la cualificación de los operarios deja a menudo mucho que desear «Les
enseñan a soldar y ¡hala, palante! Muchos pasan incluso de usar la
máscara, imagínate. Aunque es normal, en estas obras faraónicas».
   Y es sobre esa supuesta falta de cualificación sobre la que han incidido
los sindicatos que, reconociendo que todos los afectados ayer estaban
contratados de manera correcta, pretenden comprobar con severidad si,
además de ello, estaban cualificados para la labor que desempeñaban.
   

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