Cartas
Por un cementerio musulmán
Abdul Haqq Salaberria/(Presidente de ASSABIL-Euskal Herriko Zentro Soziokultural Islamiarra-Centro Sociocultural Islámico del País Vasco) y Delegado en Euskadi de la Fundación EMU-European Muslim Union
Diario Vasco, 07-11-2006Si para nosotros, como musulmanes sin emirato o califato, que vivimos bajo la protección de un rey cristiano y una constitución laica, en un estado laico de tradición cristiana, es difícil en vida practicar nuestra religión en plenitud, en el momento de nuestra muerte los problemas se multiplican, para nosotros y para nuestras familias y amigos.
Debemos llamar la atención sobre un tema crucial, especialmente para aquellos musulmanes nacidos en el País Vasco. En la actualidad, que sepamos, y que nos corrijan si estamos mal informados, si un musulmán muere mañana (que Allah le reciba en su Jardín y le conceda paz eterna) está creando un serio problema a sus allegados, e indirectamente a la Administración. Algunas de nuestras familias, que son cristianas, poseen panteones y nichos familiares en los cementerios de Euskadi. Nuestros padres tienen la intención de sepultarnos ahí, algunos incluso quieren incinerarnos. Obviamente para nosotros eso no es lo correcto. Esa baza la aprovechan las compañías de seguros para desarrollar todo un negocio a costa de la muerte, lo que desde el punto de vista de nuestra Sharia es ilegal: nadie tiene por qué pagar para que se le entierre, es un derecho de todo musulmán y una obligación que el resto de la Umma tiene contraída con él. Se le debe limpiar y perfumar, se le debe cubrir con tela natural de lino o algodón, se le debe enterrar en contacto con la tierra (sin ataúd, sin monumentos ostentosos…) y enquiblado (mirando en dirección a Meca) y se le debe rezar la oración para difuntos entre todos los presentes en el momento del entierro. No hacerlo es desobedecer un mandato directo de Allah, el Justo. Y esa obligación es de todos, no sólo de los parientes o amigos del difunto. ¿Qué deben hacer nuestras familias? ¿Qué debemos hacer los musulmanes vascos con nuestros hijos y con nuestras esposas o esposos de otros orígenes (que Allah, el Todopoderoso, los proteja) si fallecen? ¿Los enterramos en nuestros panteones y nichos familiares cristianos? ¿Nos vamos hasta Sevilla, Granada, Madrid u otra capital española a enterrarlos con el gasto que esto supone?
Todos los musulmanes deben unir sus esfuerzos para conseguir un cementerio musulmán en Euskadi ya. Todos y cada uno de los musulmanes, especialmente los de origen vasco, debemos implicarnos en la consecución de este derecho. Y las distintas administraciones, ayuntamientos, diputaciones y consejerías del Gobierno Vasco deben facilitar que esto sea una realidad.
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