El 17,56% de los niños que nacieron en España en el año 2005 tenía al menos uno de sus dos progenitores extranjeros, un porcentaje cuatro veces superior al de hace una década, según informó ayer la secretaria de Estado Consuelo Rumí.

EFE, Madrid

El 17,56 por ciento de los niños que nacieron en España en el año 2005 tenía al menos uno de sus dos progenitores extranjeros, un porcentaje cuatro veces superior al de hace una década, según dio ayer a conocer la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí y la directora del Observatorio Permanente de la Inmigración, María Isabel Carvajal, detalló que las proporciones más altas de hijos de al menos uno de los dos padres extranjero corresponde a las provincias con mayor número de inmigrantes, como la Comunidad de Madrid, el levante peninsular, Baleares y Canarias.

Rumí presentó en rueda de prensa el libro “Nacionalidad de los hijos de extranjeros nacidos en España”, elaborado por la profesora Aurelia Alvarez.

Su objetivo es analizar la legislación española y su interpretación jurisprudencial respecto a la atribución o no de la nacionalidad española a los niños nacidos en España de ciudadanos extranjeros.

El libro repasa no sólo la legislación española, sino la normativa al respecto de medio centenar de países, y ofrece también algunos datos estadísticos comparativos, que tienen como base 1996.

Aquel año fue el que registró el número más bajo de nacimientos en España de todo el siglo XX, con 362.626 niños, el 4,54 por ciento de ellos de madre y/o padre extranjero, una cifra que se ha ido elevando progresivamente de modo que, en 2005, el número de bebés fue de 465.616.

De ellos, alrededor de 81.000, lo que supone el 17,56 por ciento, tenía al menos a uno de sus progenitores extranjeros.

Entre 1996 y 2005 nacieron en España 4.061.930 niños, el 10 por ciento de los cuales eran hijos de madre y/o padre extranjero y, de estos, el 43 por ciento tenía a uno de los padres de nacionalidad española. Cuando los dos progenitores tenían la misma nacionalidad, el mayor número de nacidos correspondió a marroquíes, ecuatorianos, rumanos, colombianos y chinos, que suman casi un tercio del total de niños con al menos uno de sus progenitores extranjero.

Respecto a los continentes de procedencia de la madre, el 31,3 por ciento son iberoamericanas, el 23,3 por ciento son africanas y el 18,7 por ciento son españolas que tienen un hijo con un extranjero.

En cuanto al padre, la mayoría son españoles (25 por ciento), que tienen un hijo con una extranjera, seguidos de los africanos (24,6 por ciento) e iberoamericanos (23,3 por ciento).

En el periodo comprendido entre 1996 y 2004, la mayor parte de los niños nacidos de madre extranjera fueron para ellas el primer hijo, señaló Carvajal, quien precisó que la edad media de las madres es de 30 años en el caso de las españolas y de 28 años en el caso de las inmigrantes. La autora del libro, Aurelia Alvarez, expuso los casos en los que los niños nacidos de padres extranjeros adquieren la nacionalidad española, una atribución que se basa no sólo en el ordenamiento jurídico español, sino también en el artículo 7 de la Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989.

El criterio general es atribuir la nacionalidad española si uno de los dos progenitores lo es, si son extranjeros nacionalizados, si son apátridas (por ejemplo palestinos o saharauis) o si pertenecen a países cuyo ordenamiento no les atribuye ninguna nacionalidad, como es el caso de Argentina, Colombia, Perú, Ecuador o Bolivia, todo ello con independencia de si los padres se encuentran o no de manera irregular en España.

Sin embargo, el nacimiento en España no atribuye por norma la nacionalidad española si los progenitores proceden de China, Bulgaria, Rumanía, Angola, Argelia, Estados Unidos, República Dominicana o Egipto, puesto que su ordenamiento los considera nacionales.