P. H./VALENCIA

Varias decenas de inmigrantes están ocupando casas vacías del barrio de Ruzafa tras el cierre en agosto de un centro de acogida en Nazaret. Varias de las ONG que atienden a los 150 extranjeros que duermen bajo el puente de Ademuz lamentan la falta de previsión del Ayuntamiento de Valencia ante la llegada del frío. La Asamblea de Inmigrantes, Sin techo y Amigos de Baobab se siente “engañada” por el Ayuntamiento de Valencia. Cerraron el local que habían alquilado en el barrio de Ruzafa y que sirvió de albergue a cientos de inmigrantes durante meses, ante la promesa municipal de realojar a los subsaharianos.

Este realojo fue un absoluto fracaso, porque el centro municipal habilitado en Nazaret “fue cerrado por causas desconocidas” y unas 60 personas volvieron a quedarse en la calle.

Las otras plazas, en el Hogar Social Juvenil (Hosoju) de Aldaya fueron abandonadas por los subsaharianos, “porque están lejos de Valencia y los chicos no tienen dinero y no podían estar yendo y viniendo en autobús o en tren”, según explicó Patricia Zaragozí, portavoz de esta organización.

De este modo, 30 de los alrededor de 90 inmigrantes que vivían en el albergue bautizado como Baobab (el antiguo Ateneo de Ruzafa) tuvieron que volver a dormir en agosto al antiguo cauce del río Turia, debajo del puente de Ademuz.

Otros “han estado ocupando casas en Valencia”, especialmente en el barrio de Ruzafa y el centro histórico.

Uno de los locales fue el propio edificio de Baobab, al que volvieron los inmigrantes a pesar de que había terminado el periodo de alquiler. La mediación de las ONG permitió que abandonaran estas instalaciones.

Una parte de los inmigrantes que han dormido ocasionalmente en el antiguo cauce se ha refugiado en casas vacías o abandonadas tanto en la ciudad de Valencia como en la huerta.

Ahora, coincidiendo con la llegada del frío, entre 100 y 150 personas duermen debajo del puente de Ademuz, “por la falta de previsión del Ayuntamiento de Valencia”, explicó Zaragozí.

Además, la entidad Amigos de Baobab –en la que participan Psicólogos sin Fronteras y vecinos de Ruzafa– alertó de que los inmigrantes del río están “indefensos” ante los grupos de ultraderecha. “Les hemos tenido que enseñar cómo pueden reconocerles”, argumentó Zaragozí, quien recordó las dos agresiones “graves” del año pasado.

Trabas francesas en África

La ONG Amigos de Baobab ha sabido que el Ayuntamiento estudia reabrir el centro de Nazaret, pero no confían en ello. Mientras tanto, los subsaharianos que lo deseen podrán recibir clases de castellano en el antiguo cauce.

Zaragozí también lamentó que los consulados franceses en Burkina Faso, Benin y Togo no les permitieran realizar conferencias el pasado verano en los centros culturales para informar sobre la situación de los inmigrantes en Europa.

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