EEUU decide hoy si da la espalda a Bush
Diario de Noticias, 07-11-2006María Peña
Washington. Millones de estadounidenses acudirán a las urnas hoy para renovar la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 36 gobiernos estatales, en unos comicios que, según analistas, servirán de referendo sobre el partido gobernante. La guerra en Irak, la incertidumbre sobre el rumbo de la economía y asuntos como la inmigración, el aborto, y las investigaciones con células madre figuran de forma prominente en estos comicios.
Los republicanos, que obtuvieron el control del Congreso en 1994 con promesas de una “revolución” conservadora, no escatiman esfuerzos para convencer a la opinión pública de las ventajas de la continuidad en materia económica, política y social cuando comience la próxima sesión del Legislativo en enero próximo. Pero los demócratas acusan a los republicanos de apoyarse en la “política del miedo” para sumar puntos políticos, y aseguran que los EEUU están listo para “un nuevo rumbo”.
Con el balance del poder en juego, no sorprende que el costo global de este ciclo electoral – incluyendo donaciones y campañas publicitarias – ascenderá a unos 2.600 millones de dólares, según el Centro para Políticas Responsables.
Para recuperar el control del Congreso, los demócratas necesitan 15 escaños en la Cámara de Representantes, de un total de 435, y otros seis de los 100 en el Senado. También están en juego 36 gobiernos estatales y decenas de puestos locales. “2006 será el año de los demócratas pero está por verse cuánta será su ganancia. La movilización de los votantes será clave para ambos partidos”, observó el analista Larry Sabato, de la Universidad de Virginia.
bajas militares Un vistazo al mapa electoral demuestra que la guerra en Irak se perfila como uno de los factores más decisivos en estas elecciones, especialmente en aquellos distritos que han registrado el mayor número de bajas militares en el país árabe. En Pensilvania, por ejemplo, la mayoría de los votantes favorece una retirada de EEUU de Irak, según David Johnson, analista de la consultora Strategic Vision.
Tanto demócratas como republicanos confían en la victoria, pero los enfrentamientos están tan reñidos y repletos de ataques personales que ninguno de los dos partidos se atreve a cantar victoria.
En Virginia, un estado clave, el senador republicano George Allen ha afirmado que el candidato demócrata James Webb, novelista y veterano de la guerra en Vietnam, no merece ganar porque, a parte de no tener experiencia política, en sus obras de ficción abundan las escenas de sexo que denigran a las mujeres.
“Estas elecciones reflejarán el estatus de la presidencia de George W. Bush, ya estamos viendo cómo algunos republicanos se están distanciando de él. Si los demócratas ganan, algo que parece muy posible, será más difícil que Bush avance en su agenda”, dijo Michele Swers, profesora de Asuntos Gubernamentales de la Universidad Georgetown.
Una de las contiendas más reñidas la protagonizan el senador demócrata de origen cubano Bob Menéndez y su rival republicano Tom Kean Jr., que se disputan el escaño por Nueva Jersey. Las encuestas dan una ventaja de entre seis y nueve puntos a Menéndez, pero Kean Jr., procedente de una familia con trayectoria política, no se da por vencido. Un anuncio televisivo mezcla imágenes de Menéndez con las de inmigrantes que cruzan ilegalmente la frontera hacia EEUU, con la idea de demostrar que los demócratas son débiles en materia de seguridad nacional.
El combate contra la inmigración ilegal figura en no menos de 14 contiendas electorales. Sólo en Arizona, hay tres iniciativas que, de ser aprobadas, limitarían los derechos y privilegios de los inmigrantes. Sin embargo, los comicios han abierto espacio a varios candidatos hispanos. Las principales organizaciones hispanas intensifican sus campañas para movilizar a esta pujante minoría en estados clave.
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