Musulmanas y feministas

Un congreso aborda en Barcelona los avances y los retos de las mujeres en el islam

La Vanguardia, 06-11-2006

SABRINA CARRERA – Barcelona

Las peores discriminaciones a la mujer se producen en ámbitos privados, no en la esfera pública
Soy española, musulmana practicante, trabajo y no llevo yihab (velo). Una de mis hermanas, diplomada en Dirección y Administración de Empresas, tiene dos hijos y decidió ponerse el velo después de cinco años de matrimonio. La tercera trabaja en el ejército, es muy religiosa y también lleva el yihab. En mi propia familia no vivimos el islam de la misma manera, pero nos indignamos todos cuando un muftí australiano dijo que no se violaría a las mujeres si éstas permanecieran en casa y llevaran el velo. Ésa no es nuestra forma de entender nuestra religión", afirmó Yonaida Sellam, periodista melillense, en el II Congreso Internacional de Feminismo Islámico, que finalizó ayer en Barcelona.

Tras asentar, el año pasado, las bases de lo que parecían dos conceptos antitéticos, feminismo e islam, la Junta Islàmica Catalana, organizadora del congreso, quería, según explicó su presidente, Abdenur Prado, “ampliar el debate para afrontar temas concretos de discriminación teniendo en cuenta el contexto de la charia, la ley islámica”. Problemas como la planificación familiar, el aborto, el divorcio, la custodia de los niños, las reformas de los códigos de familia y el liderazgo religioso de las mujeres.

El feminismo islámico se basa en la relectura y reinterpretación del Alto Corán desde un punto de vista no patriarcal y sus defensores afirman que el islam es una religión igualitaria que ha sido distorsionada por las ambiciones de poder de ciertos hombres y líderes religiosos. De ahí que este año el debate se articulara no sólo a partir de la relectura del Alto Corán sino también de la Charia, el libro de leyes para los musulmanes. “La estrategia fundamental es la educación pero el segundo paso es la modificación de las leyes”, dijo Ndeye Andujar, vicepresidenta de la Junta Islàmica Catalana. Diferenciar las reivindicaciones de los fundamentalistas de lo que es la charia en realidad, reivindicar una lectura nueva desde la perspectiva igualitaria es la tarea de estas voces del islam.

En varios países musulmanes se empezaron a reformar y se siguen reformando los códigos de familia. Por ejemplo, en Túnez está prohibida la poligamia, el hombre y la mujer pueden pedir el divorcio y las madres pueden obtener la custodia de los hijos menores de nueve años. “Se endurecen cada vez más las leyes contra la discriminación, pero queda mucho por hacer aquí y en el XAVIER GÓMEZ resto del mundo musulmán”, dice Amel Grami, catedrática tunecina. Aunque muchos países aceptan que las mujeres estén representadas en la esfera pública y trabajen, el problema central sigue siendo el ámbito privado, donde “la mujer está sometida al hombre y le debe obediencia”, añadió Sahen Sardar Ali, ex ministra pakistaní. Ésta explicó como ha observado la evolución lenta pero continua de las leyes más discriminatorias en su país: “Los tribunales de primera instancia siguen aceptando el argumento del honor para justificar asesinatos de hijas, hermanas o esposas. Pero los tribunales superiores los deniegan, y eso es un cambio importante”.

En Catalunya, este debate está movilizando a las segundas generaciones de musulmanas que, nacidas aquí, estudiantes o trabajadoras, desean ampliar sus puntos de vista. “Es difícil, ahora, llegar a las mujeres mayores, que acaban de llegar o que llevan poco tiempo en Catalunya. Apenas se socializan y su prioridad es encontrar una vivienda, los papeles y ganarse la vida”, reconoce Ndeye Andujar.

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