Compromiso de la Cumbrede Uruguay con la inmigración y firme rechazo al muro de EE. UU.

La Declaración de Montevideo señala que ‘‘migrar no es un delito’’

Las Provincias, 06-11-2006

AGENCIAS/MONTEVIDEO

La XVI Cumbre Iberoamericana concluyó ayer en Montevideo con un fuerte compromiso con los inmigrantes, y un claro rechazo al muro que Estados Unidos planea levantar en su frontera con México. Los países participantes también se han comprometido con la democracia, los derechos humanos, la cultura y la no injerencia. Uno de esos textos firmados en la cumbre de Uruguay deja bien explícito el rechazo de los países iberoamericanos a la construcción del muro entre Estados Unidos y México, considerado ‘‘una práctica incompatible con las relaciones de amistad y cooperación’’ entre las naciones. Según el documento, ‘‘la construcción de muros no detiene la migración indocumentada, el tráfico de migrantes ni la trata de personas, incita a la discriminación y la xenofobia y favorece la aparición de traficantes que ponen en mayor peligro a las personas’’.

Todos los líderes han alzado su voz contra el muro. Lo hizo con delicadeza la chilena Michelle Bachelet, que lo equiparó al desaparecido muro de Berlín y dijo que esas vallas se construían antes para impedir que las personas salgan de un país, y ahora se levantan para impedir su entrada. Más virulento fue el canciller venezolano, Nicolás Maduro, quien afirmó que es ‘‘una prueba del desprecio de la elite estadounidense por los latinoamericanos’’ y vaticinó que ‘‘será derrumbado por las mandarrias (mazos de hierro) de la conciencia popular’’. El presidente mexicano, Vicente Fox, quien se despidió de estas cumbres, agradeció el apoyo recibido de Iberoamérica y reiteró una y otra vez que el muro ‘‘no es una solución para el problema’’.

La preocupación de la comunidad iberoamericana con el fenómeno de las migraciones, que ha expulsado de sus países a unos 30 millones de latinoamericanos, ha quedado plasmada en el Compromiso de Montevideo, un texto de diez páginas dedicado especialmente al asunto, que reconoce que ‘‘las migraciones han impregnado la historia de Iberoamérica’’ y reconoce como una ‘‘obligación’’ el seguir ‘‘garantizando el impacto positivo de las migraciones’’ dentro de la comunidad. Los mandatarios también se han comprometido con la democracia, los derechos humanos, la cultura y la no injerencia en otros países.

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