madrid. Más de un centenar de inmigrantes que se encontraba detenido en dependencias del puerto de Almería a la espera de ser conducidos a la Comisaría de la Policía Nacional para su identificación protagonizaron ayer un motín y un intento de fuga que fue sofocado sin incidentes por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

El motín se inició a las diez de la mañana cuando agentes de la Guardia Civil observaron cómo un grupo de personas salía por el techo del habitáculo tras conseguir realizar un agujero en la uralita que cubre la nave industrial donde se encontraban arrestados, hasta hace poco utilizada como cocedero de marisco. Los inmigrantes, que en su mayoría de nacionalidad marroquí y estaban a la espera del inicio los trámites de repatriación, permanecieron unos minutos sobre el tejado hasta que fueron reducidos por efectivos de la Guardia Civil y de la Policía.

Cuando este grupo fue reducido, muchos de los inmigrantes retenidos se agolparon en las puertas de acceso al cocedero, donde increparon a gritos a los agentes que frustraron su intento de fuga. En el transcurso del amotinamiento, que se prolongó al menos durante una hora, uno de los inmigrantes tuvo que recibir asistencia sanitaria de carácter leve. Pare evitar nuevas revueltas, medio centenar de agentes se encargan desde ayer de la vigilancia del recinto.

No es la primera vez que el puerto es escenario de sucesos de este tipo, especialmente cuando aumenta el número de pateras interceptadas. En las últimas horas han llegado a Almería más de 200 inmigrantes.

También el temor a ser repatriados provocó, esta vez en Ceuta, que 12 inmigrantes procedentes de Guinea Bissau, se fugaran del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde permanecían acogidos desde hace más de un año. Según fuentes policiales, los inmigrantes han decidido vivir en la clandestinidad después de que a principios de esta semana la Policía detuviera en el recinto a dos de sus compatriotas.

carta a las monjas Los fugados tienen tras de sí una dramática historia, ya que formaban parte del grupo de más de 700 inmigrantes irregulares que asaltó el vallado fronterizo el 29 de septiembre de 2005. Los guineanos integraban los grupos de inmigrantes que desplegaron más de un centenar de escaleras de madera sobre la valla y buscaron continuar su sueño en una noche en la que fallecieron cinco personas y hubo más de un centenar de heridos.

Los subsaharianos fugados entregaron una carta a la congregación de las hermanas Carmelitas de Vedruna donde explican su abandono del CETI después de un año a la espera de recibir la documentación. En la misiva, indican que abandonaron su país por el hambre y apelan a la “piedad” de la Delegación del Gobierno para ser debidamente documentos y poder cruzar el Estrecho de Gibraltar. La carta, escrita a mano, fue entregada a la propia Delegación del Gobierno y en ella los inmigrantes demandan “poder seguir en España donde creemos poder conseguir un futuro mejor viviendo en paz y con dignidad”.

Precisamente, el Gobierno aprobó ayer la firma del acuerdo marco de cooperación entre España y Gambia para combatir la inmigración ilegal y facilitar la repatriación de los sin papeles . Además, España suscribirá con Mauritania nuevos acuerdos para prorrogar los firmados con anterioridad en la materia. >agencias