RAMÓN GORRIARÁN/

MONTEVIDEO. España acude a la XVI Cumbre Iberoamericana, que se inicia hoy en Uruguay, con la intención de encauzar la inmigración que recibe del otro lado del Atlántico. Los latinoamericanos constituyen la mayor colonia extranjera en España, con 1,7 millones de personas entre nacionalizados, residentes y sin papeles. El debate en Montevideo, sede este año de la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de 22 naciones, se centra entre la postura de los países ricos, defensores de la implantación de controles en los puntos de origen para restringir los flujos demográficos, y los pobres, partidarios de que los movimientos de población sean un derecho humano exento de cortapisas.

La XVI Cumbre Iberoamericana se abrirá bajo el lema Migraciones y Desarrollo, y el compromiso de Montevideo, nombre que llevará la declaración final de la reunión, ha encontrado su primer escollo en el tratamiento que quieren dar los países a la inmigración. Los países ricos y receptores de población defienden el derecho a la libre circulación en la comunidad iberoamericana , pero sujeto a controles para evitar los éxodos masivos.

Comparten este criterio España, el receptor por antonomasia de la inmigración latinoamericana de los últimos años, pero también México, que soporta una fuerte presión en sus fronteras de ciudadanos centroamericanos, y Brasil, que es el destino de muchos hombres y mujeres de los países andinos y de Paraguay y, en menor medida, de Argentina y Uruguay. La capacidad de acogida, sostienen, tiene un límite y se corre el riesgo de saturar sus mercados de trabajo con mano de obra, la mayor parte de las veces precaria.

Solución «razonable»

Enfrente se sitúan los países emisores de emigrantes: Ecuador, Bolivia, Perú, Colombia y los centroamericanos, que abogan por considerar a estos movimientos de población un derecho humano que, como tal, no debe estar sujeto a restricciones.

Fuentes de la delegación española creen que se alcanzará una solución «razonable», pero que en ningún caso debe excluir los controles en los países de origen. Como contrapartida, España pondrá sobre la mesa mecanismos para rebajar las comisiones, algunas rayanas en la usura, para las remesas que envían los inmigrantes a sus hogares.

El presidente de Brasil era uno de los gobernantes con los que tenía previsto entrevistarse José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente del Gobierno mantendrá encuentros bilaterales con los jefes de Estado de Argentina, Nestor Kirchner, Chile, Michele Bachelet, Costa Rica, Oscar Arias, Perú, Alan García, así como con el anfitrión uruguayo. Es probable, que Rodríguez Zapatero converse asimismo con los presidentes de Venezuela, Hugo Chavez, con el que la relación ha sufrido un deterioro a raíz de la cancelación por parte del país latinoamericano de una compra de aviones y embarcaciones militares, y la negativa de España a apoyar al representante venezolano para que entrara en el Consejo de Seguridad; y con el de Bolivia, Evo Morales. COLPISA