La derivación de menores a la Península se estanca
Sólo 93 jóvenes se han repartido en centros de la Península en el mismo tiempo que 83 han llegado en cayucos
Canarias 7, 03-11-2006
Santa Cruz de Tenerife
La consejera de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias, Marisa Zamora, expresó ayer su preocupación por el ritmo del reparto de los menores inmigrantes. Por el momento, sólo se han derivado a la Península 94 menores, pero en el mismo periodo han llegado en cayuco otros 83.
Los centros de Canarias siguen al máximo de su capacidad con más de 900 menores. El ministro Jesús Caldera se había comprometido en octubre a que en pocas semanas se produciría el reparto de estos jóvenes entre el resto de las comunidades autónomas y, los demás, serían acogidos por el propio Estado en centros gestionados por organizaciones no gubernamentales.
Sin embargo, a día de hoy y según denunció la consejera canaria, sólo se han derivado a la Península 94 jóvenes que han viajado en vuelos regulares de cuatro en cuatro. Zamora explicó que este proceso a cuenta gotas «está provocando también tensión entre los menores en los centros al comprobar que algunos se van y otros no».
Frente a los 93 trasladados a otras regiones, en los últimos cayucos han llegado al Archipiélago otros 83 menores, por lo que se ha producido «lo comido por lo servido», y los centros de Canarias siguen albergando a más 900 menores. Zamora recordó que el Gobierno de Canarias ha propuesto a la Administración Central que flete un avión para 100 o 150 menores o bien que se utilicen los aviones que trasladan a los inmigrantes adultos que son derivados a la Península.
La consejera señaló que la pasada semana habló con la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, a la que le expuso su preocupación ante el «incumplimiento» de todas las promesas que realizó el Gobierno. Zamora señaló que es importante que el Gobierno cumpla su compromiso en las derivaciones de los menores, dado que el Ejecutivo canario debe cerrar campamentos de verano, utilizados como centros de menores, y en los que se está produciendo tensión y conflicto entre los chicos, a pesar, dijo, del carácter amable que caracteriza a los jóvenes.
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