BERNARDO SAGASTUME

SANTA CRUZ. El Gobierno de Canarias mostró ayer su «total disgusto» por el ritmo con que se están llevando a cabo las derivaciones de menores inmigrantes a la Península. Las críticas tuvieron destinatario claro, la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, «que va incumpliendo todas las promesas» al respecto, según afirmó María Luisa Zamora, consejera de Asuntos Sociales del Gobierno canario.

Los menores trasladados suman hasta el momento 94, que han viajado «en vuelos de cuatro en cuatro», lo que ha despertado conflictos entre algunos de ellos en los centros, «al comprobar que algunos se van y otros no», dijo Zamora.

Además, por haber llegado en los últimos cayucos y pateras 83 niños más, el efecto ha sido rápidamente neutralizado y sigue habiendo en Canarias 900 menores. La cifra tope de acogida en las islas es de 300, tal y como se acordó en una reunión celebrada a mediados de septiembre con Rumí y el ministro Jesús Caldera. Fue entonces que el Estado se comprometió a impulsar las gestiones para que las autonomías asuman parte de la población de menores inmigrantes.

Zamora cree que «no es problema de Canarias» si las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular aceptan o no acoger grupos de menores, ya que «eso es cuestión del Estado». Para retomar los traslados – suspendidos hace dos semanas – , explicó que el Gobierno regional ha propuesto que se flete un avión completo para 100 o 150 menores, «o bien que se utilicen los que llevan a los inmigrantes adultos a la Península».