El presidente saliente mexicano, Vicente Fox, ha renunciado, según manifestó ayer él mismo, a promover una condena de la Cumbre Iberoamericana contra EEUU por la construcción de un doble muro de más de 1.200 kilómetros de longitud a lo largo de la frontera para impedir el paso de inmigrantes clandestinos. En su lugar, el presidente mexicano apostará por planificar entre todos los 22 países un método que sea capaz de propiciar una inmigración controlada. A la Cumbre no acuden el presidente brasileño, Lula da Silva, ni la Reina Sofía por razones de salud. Tampoco estarán presentes los presidentes de Nicaragua, Panamá, Cuba, República Dominicana y Guatemala.