Los detenidos por quemar un autobús en Francia se enfrentan a penas de 30 años

La Fiscalía de Marsella prevé acusar a los cinco adolescentes arrestados de delito voluntario por hecho vandálico

Diario Sur, 01-11-2006

AGENCIAS/PARÍS

Cinco jóvenes de entre 15 y 17 años fueron detenidos ayer en Marsella por su presunta implicación en el incendio de un autobús urbano el pasado fin de semana, un hecho vandálico en el que sufrió graves quemaduras una joven que se encuentra en estado crítico. Los arrestos se produjeron en la madrugada de ayer en barrios conflictivos de la ciudad y pudieron realizarse gracias a los testimonios prestados por ciudadanos. Agentes de paisano entraron de madrugada en varios edificios de los suburbios de Lilas y Oliviers en busca de sospechosos. No hubo incidentes durante la operación, que fue presenciada por varios periodistas.

Las detenciones se produjeron a raíz de que un grupo de jóvenes encapuchados prendiera fuego a un autobús el sábado por la noche en Marsella. Como consecuencia de esta acción, Mama Galledou, una estudiante de 26 años, de origen senegalés, sufrió quemaduras en el 62% de su cuerpo y se debate entre la vida y la muerte.

El hecho provocó una verdadera conmoción en Francia y un violento cruce de críticas entre el Gobierno de derecha moderada y la oposición socialista, a seis meses de las elecciones presidenciales.

La Fiscalía de Marsella ha abierto una instrucción judicial por el incendio voluntario, que lo más probable es que provoque una minusvalía permanente a la afectada. En cualquier caso, se trata de un delito que puede ser castigado hasta con treinta años de cárcel. Para el fiscal, Jacques Beaume, el asalto al autobús fue premeditado y los jóvenes ni siquiera esperaron a que los pasajeros bajaran del vehículo para prenderle fuego.

Mayor severidad

El incidente de Marsella coincidió con el primer aniversario del estallido de la ola de disturbios callejeros que azotó los suburbios de París en 2005. Para impedir un nuevo rebrote de la violencia, el Gobierno movilizó 4.000 policías en los barrios periféricos de la capital francesa y otras ciudades, donde sólo hubo que lamentar incidentes aislados desde la semana pasada.

El primer ministro, Dominique de Villepin anunció el lunes que las fuerzas del orden actuarán con mayor severidad para impedir este tipo de asaltos. El titular de Interior, Nicolas Sarkozy, que aspira a ser el candidato conservador para las presidenciales de abril, ha hecho de la lucha contra la inseguridad su prioridad. Por ahora, ha propuesto tratar a los jóvenes delincuentes de más de 16 años como si fueran mayores de edad.

Sarkozy apuesta por imponer sanciones «ejemplares» y «disuasorias» para mejorar la seguridad de todos, ya que «el castigo es el primer paso hacia la prevención», una política que provoca las críticas de la izquierda y de algunos sectores de su propio partido.

Ataques

Coincidiendo con el primer aniversario de la revuelta en los suburbios, nueve autobuses fueron quemados en una semana en Francia, algunos de ellos a manos de grupos armados con pistolas, un hecho inédito en este país. Además, las fuerzas del orden se enfrentaron a bandas de jóvenes en numerosos barrios conflictivos. En uno de estos incidentes, en Clichy sous Bois, a las afueras de París, un chico de 16 años fue herido en un ojo por una bala de goma lanzada por la Policía.

El incidente también produjo la apertura de un expediente judicial para aclarar las circunstancias, según informaron los abogados del joven el martes. Según numerosos organismos, los problemas de desempleo, exclusión social y racismo que provocaron la ola de violencia de 2005 siguen presentes en estos barrios periféricos, habitados en su mayoría por inmigrantes del Magreb y el África subsahariana.

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